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La ley es telaraña pal' pobre



Que bueno que los Peronistas se enteraron que en Argentina la “justicia” condena sin pruebas.


Ahora tienen que aprender que para llegar a apelar a la Corte Suprema de Justicia hace falta ser millonario y burgués, y no lo decimos como cliché, cada defensa penal cuesta como mínimo $1 millón de pesos, y ahí es cuando "la justicia" toma un carácter de clase.


¿Tenés $1 millón de pesos? ¿No? Bueno, viene el defensor oficial el cual obviamente tiene 45 casos más, cobra poco y ya tiene todo “charlado” con el juez:


«Firmame el juicio abreviado y en 3/5 años salis» «¿Inocente? ¿Sabes cuánto tarda un juicio?»


Y obviamente lo que debería ser una excepción a la regla es la regla: prisión preventiva hasta que finalice el juicio.


A veces entre el sorteo y el juicio pasan 5 años, si aguantaste y el cuervo es pillo salís absuelto.


Te comiste 5 años a la sombra. Pero… ¿Quién te quita la experiencia?


Si no aguantaste, firmas el abreviado.


Si no tenés guita para un abogado, defensor oficial y abreviado.


Sin guita no hay apelaciones, las cuales se cobran cada una por instancia.


¿Cuántos Argentinos saben que es un «ius»?


¿Cuántos Argentinos saben que el «ius» es el precio de la justicia?


La justicia, la justicia...


La justicia es intachable cuando absuelve a Milani y Cristina o condena a Mauricio, y es corrupta cuando condena a Cristina y absuelve a Macri.


La justicia es justa cuando condena obreros a cadena perpetua (30 años) por una protesta gremial en Las Heras en una reminiscencia histórica que nos recuerda a la Patagonia sangrienta, rebelde.


Parece un «cliché» pero ya lo dice el Martin Fierro la ley es telaraña pal' pobre...


Ojalá la metan presa a Cristiana Fernández de Kirchner sin pruebas, así una vez la injusticia la sufre un burgués capitalista y no solo el Proletariado.


Brindamos por el poder judicial burgués y sus hijadeputeses, levantamos la copa proleta y recordamos tanta sangre derramada, y tanto argentino muerto por el Socialismo.


Ni olvidó ni perdón, mucho menos reconciliación.


Solemos preguntarnos ¿Por qué a un Anarquista reprimido y perseguido por Hipólito Yrigoyen debería defenderlo de otro burgués cómo Félix Uriburu?


No somos “Anarquistas reprimidos” pero tampoco somos opas como para creer que la organizadora de esta masacre económica contra los trabajadores puede ser la salvadora que nos viene a rescatar de su propia creación, de su propio gobierno.

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