Ya no creo en nada Ya no creo en ti Ya no creo en nadie Porque nadie cree en mi
No dejan pensar No dejan crecer No dejan mirar Pero por suerte puedo ver
Que la decisión Del juicio final Será la solución, destrucción
Según el tango “volver” 20 años no es nada…entonces imaginemos 40. Si 40 años de la edición de “Luchando por el metal”, disco icónico si los hay dentro de la historia del Heavy metal Argentino. Iorio, Zambarbide, Civile y Rowek, la más clásica de las formaciones de V8 marcan a fuego a varias generaciones de jóvenes.
Cientos de adolescentes que eran hijos de una clase obrera golpeada encuentran dentro del naciente Heavy metal su lugar de pertenencia, eran épocas aun sombrías y la rebeldía se transforma en un modo de encarar la vida. No, no había lugar para la amabilidad y toda la herencia Hippie.
Heavy metal Sacrificio y muerte hay Con sangre han hecho ríos. Son los dioses del olimpo Reclamando cuerpos fríos.
40 años después, “Luchando por el metal” es un mazazo en la cabeza, un disco crudo, visceral autentico. Es un grito, un manifiesto que dice lo que tiene que decir sin muchas vueltas. Es tal vez el hito fundador de toda una filosofía que atraviesa la vida de varias generaciones; ese y no otro es el valor de una obra: la prueba del tiempo.
En medio de la noche Está esperándote Aguarda el momento Que vayas por él
Hablar de “Luchando por el Metal “es hablar de rebelarse, sobre todo de la tónica dominante de aquellos años. No, no estaba todo bien, y las letras, “el mensaje” tenía que decir algo más que cosas buena onda y edulcoradas. El presente era hostil, la realidad se presentaba dura y alguien tenía que decirlo. En ese contexto V8 patea el tablero. ¿Tenés dudas? …aun hoy es memorable ver a Ricardo gritando “Que se mueran los Hippies” en pleno B.A rock.
Engendros de sangre Vienen a mi mente
Cualquiera que haya transitado los primeros años de los 90’ antes que explotara la escena con decenas de bandas que llegaban por primera vez al país, sabe que en cualquier recital de cualquier banda siempre se iba a escuchar el glorioso grito
- Toca destrucción hijo de puta!!!
Cuando sucedía, simplemente era el éxtasis. También ahí vemos el valor de una obra, cuando se hace carne en otras generaciones.
Basta de hippies, basta de llorar, ¡estalló el tiempo del metal!
Y sí: estalló. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde aquel lejano 1983; sin embargo, acercarse una y otra vez a “Luchando por el Metal” resulta un ejercicio enriquecedor, es esa mano que nos acaricia con mil recuerdos, con amigos que ya no están, con noches de cerveza en algún oscuro rincón, es 40 años después reconocerte con tus pares.
“Luchando por el Metal “es empezar a peinar canas y entender en toda su dimensión “Muy cansado estoy”. Aún hoy, año 2023, con la inteligencia artificial y la virtualidad atravesando nuestras vidas…” Luchando por el Metal” nos mira socarronamente y nos sigue invitando, nos sigue recordando y proponiendo otra cosa…nos sigue diciendo:
Vengan todos acá hay un lugar Junto a la brigada del Metal Gente demente que no es igual A la hiponada de acá
Y si muchachos, con gusto aceptamos la invitación ¡Felices 40 años! Acá estamos aún haciéndoles el aguante.
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