Julián lava los platos y piensa, piensa en el sol, piensa en el calor, Julián lava platos, pero no piensa en la pila de los 34 mil platos con restos de comida que le quedan por lavar. Julián solo piensa en el gol, en un gol, pero no cualquier gol, Julián piensa en el gol de todos los goles producto de 20, 30, 40 años de picados y partidos improvisados con medias de trapo en el recreo. No le importan los 34 mil platos sucios a Julián, no, lo que le importa es el sol y el calor el asfalto caliente como una plancha de hierro que a las 14hs de la tarde, donde sí se tira un huevo termina frito, en las calles sucias y con olor a meo hace una semana. En realidad, a Julián lo que le importa es que ¿si no es ahora cuando? ¿cuánta la pena, como arrastrar su masa inerte por las callecitas de San Telmo hasta Constitución? para tomarse un bondi que lo deje cerca de su casa, con el tiempo inerte, con el tiempo muerto. Porque la tristeza será infinita y la desgracia mortal, piensa Julián que ya llego la hora, que quiere emborrachase el corazón, quiere estar de la cabeza, fisurar entre un ejército de cachivaches desconocidos con olor a culo y alcohol, abrazarse con desconocidos...Julián sabe que son las 12:30hs y todavía le quedan 4 hs de trabajo por un sueldo que no suele alcanzar para nada, que cada día se achican más las birras que se puede tomar y los puchos dejaron de ser Phillips Morris hace rato ya que su abuela, que vive adelante, lo espera con una milanesa que no se comió para que Julián cuando llegue a Villa Caraza tenga un algo que comer, porque Julián mañana tiene que trabajar otra vez 12 hs y entrenar.
Julián recuerda el gol del matador Kempes, la guapeza y la potencia.
Julián sueña con el gol más fantástico de todos los tiempos.
Julián sueña con hacer un gol.
Julián sueña con hacer un gol en la final que termine tanta misiadura.
Pero lo que Julián no sabe es que tendrá un Mundial soñado, entrara desde el banco y jamás saldrá, será elogiado por propios y extraños, se recordara a Guardiola decir que es su mejor jugador, aun cuando el titan nórdico sea el titular. lo que Julián no sabe es que en la final no meterá ninguno de los 6 goles que se convertirán, que saldrá casi con un pulmón menos y que a partir de ahora la araña será un privilegiado en el olimpo de quienes saben cuánto pesa realmente la copa.
Lo que Julián no sabe es que nada importa, que aunque se pierda el partido por lavar platos festejara hasta las 3 de la mañana con una multitud desconocida que lo besara y abrazara, que le robaran el celular, que tomara de botellas de dudoso contenido y fumara porrito de mano en mano que festejara, la locura será irrefrenable un aluvión de masas que durara 3 días seguidos donde Julián festejara colgado del semáforo y Metrobús, que se colgara de la punta del mundo para decirle a todos que ¡yo soy esto! ¡acá me tienen!
¡Yo soy argentino!
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