De repente aparece el argumento de "No mostremos la cara de los trabajadores porque los van a meter en cana y le damos un identikit del trabajador" que hizo tal cosa.
Eso podía ser entendido y aplicado cuando internet y sus productos entraba en contacto y relación primogénita con el activismo y la militancia, cuando no era tan masivo haya lejos por los '90s y 2000, ni nosotros sabíamos bien hasta donde ese alcance era real.
En esa época se proponía dejar los celulares afuera de la habitación de las reuniones. Algunos decían que iba "adentro del horno", otros que habian que "sacarle la batería" y también estaba la variante de un tupper envuelto en papel aluminio "porque eso bloqueaba las ondas y la señal".
Después con el tiempo algunos activistas que hacían las veces de cronistas dejaban de tomar rostros que pudieran comprometer a militantes y/o los pixelaban.
Luego nos adaptamos a las redes virtuales para organizar la militancia, dejando la mesita o la reunión semanal para pasar al «grupo de Whatsapp», dónde siempre es más fácil hacerse el boludo o boluda para no asistir a una actividad.
Hoy el activismo, la militancia (activismo orgánico) está totalmente atravesado por la tecnología, pero aún no toma dimensión de lo que realmente significa. Ni del daño que le a hecho.
Hace 30 años atrás, o 50, los servicios de inteligencia operaban mediante la infiltración orgánica para recabar datos, seguir militantes revolucionarios y secuestrarlos o asesinarlos. "La clandestinidad" en ese entonces no se basaba en que el enemigo no supiera de tu existencia física política, lo cual siempre fue poco probable, sino que no pudiera prever o impedir tus pasos o acciones, que estuviera siempre por detrás y nunca por delante (impidiendo emboscar).
Entonces el aparato de inteligencia de la burguesía, ya sea SIDE - 601 - AFI, requería no solo infiltrar sino también captar informantes. Y para eso el agente que operaba de los servicios debía ser un hombre físico, utilizar toda una organización para seguir a un militante y rastrear dónde se reunía; para lo cual se necesitaban mínimo 2 o 3 "espías" más de apoyo.
Hoy en 2023 eso no funciona más así. El principal agente de infiltración y seguimiento es el celular que todos llevamos a diario. Tiene cámara de foto, vídeo, micrófono y geolocalización, un paso por paso incorporado y al servicio la burguesía. Saben cómo es nuestra vos, cuánto tardamos y a dónde vamos a diario (el teléfono se va conectando por cada antena de internet por la que pasa dejando un rastro imperecedero) como es nuestro rostro, corte de pelo, altura y peso. Pero no solo saben cómo somos y nos movemos en la vida cotidiana, sino que a través de las empresas privadas de Internet como Facebook, Instagram, Twitter, Tik-Tok, etc saben que pensamos y que ideología portamos. Estás empresas privadas (redes virtuales) se dedican a la venta de información, esto es explicito, está en sus «bases y condiciones de usos» que todos aceptamos cuando nos creamos un perfil. Aún cuando todos creen que la mayor empresa en venta de información es Facebook, la realidad es que es Google.
Hay que entender que en estás empresas privadas la mercancía somos nosotros, nosotros no consumimos, somos consumidos.
Y esto se conecta con la modernidad: el caso del casi linchamiento a Sergio Berni y los ahora choferes detenidos. Era obvio que contando con toda esta información y datos el estado burgués los iba a meter en cana, no necesitaba revisar estás redes virtuales (virtual según el diccionario es contrario a lo real) para mirar que "Juanito" compartió un meme dónde estaba la cara del chófer, esa imagen ya la tenía desde el momento que hay cámaras de vigilancia callejera y desde el momento que hay medios de comunicación filmando en vivo y directo el hecho.
Para lo único que sirve este discurso de "tapen la cara", "no los muestres/expongas" es para profundizar en la acción punitiva de la burguesía, que mete preso de forma desmedida en un operativo, con gendarmes, lo graba y lo hace circular por todos los medios con el único fin de atemorizar, de disciplinar, de decirle a la población: "Si te animas a reaccionar te va a pasar esto". Es represión preventiva.
Entonces contra eso hay que luchar también, hay que tomar una actitud valiente. Y cada individuo solidario debe manifestarse su desacuerdo, salir a la calle, patear tachos, golpear cacerolas, quemar basura y tirar trompadas porque esa es la realidad, la tangible, la verdadera expresión de bronca e indignación, no un meme irónico y berreta que le chupa un huevo a la burguesía y su aparato de monopolio de la violencia si lo publicas o no.
Seamos buenos, irónicos y hasta cómodos, seamos inteligente pero ingenuos o ingenuas, no.
Está bien pegarle a los representantes de la burguesía, debería ser más seguido. Que aprendan a temer el destrato, hay que ponerle un freno al irrespetuoso trato cotidiano que recibimos cómo trabajadores.
Ya lo decía un gordito de barba cana: El trabajador está más necesitado de respeto que de pan.
El poder en definitiva es eso: es ejercerlo mediante la presión para modificar las acciones del resto (ya sean enemigos, aliados o Neutrales), para hacerlos cambiar de idea y aún estando en desacuerdo, actuar a favor de los intereses de quién ejerce esa coerción.
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