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Les pibes, ¡hasta las manos!

Actualizado: 2 mar 2022




“Al reflejo bienvenidos

de la suciedad que hicimos”

Rogelio Santos


Durante el circo electoral de las PASO (invitamos a nuestros lectores a escuchar nuestros podcasts al respecto)[1] la cuestión de los jóvenes estuvo al palo. Los jóvenes esto, los jóvenes aquello. Les pibis, les chiques, los chicos, los pendejos y coso. Todo el día, todo el tiempo. Todos tratando de ganar su voto, de llamar su atención. Para esto, se utilizaron – y continuará siendo así- distintas estrategias. Desde usar TikTok a poner trap; de hablar de coger y drogas hasta hablar de feminismo, emprendurismo y la tristeza de que nuestros hijos se tengan que ir del país. Todo sea por el votito, por intentar interpelar a esta porción del padrón electoral cada vez más grande. Todo sea por el carguito y por legitimar la dominación de clase.


Desde el Comité Editorial de La Cloaca, con la ayuda indispensable y casi incondicional de los enanos del Departamento de Memardos, nos proponemos echar un vistazo sobre las condiciones materiales de “la juventud”, para entender un poco sobre su/nuestra situación.

En este sentido, usaremos algunas de las estadísticas brindadas por el propio estado burgués. Éstas ofrecen la posibilidad de brindarnos un acercamiento a muchos temas, a hablar en base a datos duros. Pero ojo, no dejan de ser producidas por el estado de clase que, como todo buen revolucionario, debemos destruir para crear un estado que tenga como objetivo primordial nuestros intereses como clase trabajadora.


TRABAJAR




A diferencia de la inmensa mayoría de burgueses y burguesas argentinas, que nacieron siendo ricos y ricas, los laburantes tenemos que conseguir donde laburar para poder cobrar un sueldo, el cual no garantiza poder llegar a fin de mes. Como cualquier persona de a pie, sabemos que la cosa esta jodida, que conseguir trabajo es cada vez un trabajo más grande.

Además, de la dictadura militar a la fecha, la desocupación de cada vez más parte de la población dejo de ser algo circunstancial para ser algo estructural, fijo e inamovible, a pesar de las ganas de cada uno. En algún momento hemos hablado de la población sobrante para la reproducción del capital en nuestro país. Más allá de que es un tema que merece más atención y ser tratado con mayor profundidad, básicamente es lo enunciado más arriba: personas que jamás van a conseguir empleo, más allá de su esfuerzo individual, porque la burguesía, el empresariado que gana plata en estas tierras (ya sea nacional o foráneo) no las necesita. Le sobran.


Según la Encuesta Permanente de Hogares- EPH- del INDEC[2], los trabajadores ocupados en los principales centros urbanos de nuestro país son 12 millones. Para considerar a una persona ocupada, se toma el criterio internacional de que tengan una ocupación que le implique, como mínimo, una hora semanal de trabajo. Dentro de este universo, 8.7 millones son asalariadas (el 72.6%). Dentro de estas, 2.7 millones no tiene descuento jubilatorio, representando el 31.5%. Este dato nos permite acercarnos al trabajo no registrado. Decimos acercarnos y no afirmamos porque lo que se debería tener en cuenta para obtener un dato certero es el establecimiento (fabrica, empresa, etc. ya sea privado o público), no las personas. Pero por cuestiones obvias (multas, clausuras, penalidades, etc.) no se informa.


En la Argentina contemporánea, el nivel de desocupación en el segundo trimestre del 2021 según el INDEC es del 9.6% de la población económicamente activa[3]. En números, de los 13,3 millones de personas económicamente activas, 1.3 millones son desocupadas, no tienen trabajo y lo están buscando. Sumemos a casi 375 mil personas que no tienen trabajo ni están buscando por distintas razones, pero están virtualmente facultadas para hacerlo.


Dentro de este porcentaje de los desocupados, corresponde 2.3% tanto a mujeres, por un lado, como también a hombres con menos de 29 años por el otro. Números que representan al 24.1% de las mujeres de esa edad y al 23.8% de hombres de esa edad.


Ojo, ojito, que sin tener en cuenta la cuestión de la edad, los Ocupados demandantes de empleo son el 17% y los ocupados no demandantes pero disponibles el 5.8%. Si a esto le sumamos el 9.6% de desocupación mencionado al principio, nos da que el 32.4% de la población económicamente activa, busca trabajo y/o quiere trabajar más. Más allá de que algunos/as será porque no se banca a su familia, es adicta al trabajo o no tolera más estar en soledad en su casa, la inmensa mayoría lo hace por dinero. Lo hace por la opresión económica del sistema capitalista, no por dignidad. Hay que llenar la olla. Al pan, pan y al vino, vino.


Teniendo en cuenta estos números, para complementar lo que se siente y vive en las calles, el mercado de trabajo esta jodido para los laburantes. Ya sea en la fábrica o en el taller, en el aula o en la oficina, en la salita o en el bondi, conseguir de qué vivir es cada vez más complicado[4].


Una vez que se consigue trabajo, comienza otro problema: el de los accidentes y muertes laborales.


Según el informe anual 2019 producido por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, en dicho año se registraron 551.559 casos notificados por lesiones por causa de accidentes laborales o enfermedades profesionales[5]. De este total de accidentes, el grupo de entre 25 a 29 años fue el que más las padeció, con un total de 88.161 en total (20.815 mujeres y 67.346 hombres). El segundo grupo es el de 30 a 34 con 87.549 (21.869 mujeres y 65.680hombres). En el grupo de 35 a 39, hay un total de 82.752 (mujeres 22.008 y hombres 60.744) y luego comienza a disminuir según el grupo etario. El total de fallecidos, independientemente de la edad, es de 326 trabajadores muertos por ir o volver o durante o a causa de su jornada laboral.


En el informe provisorio de accidentabilidad laboral, que cubre la fecha de enero a junio 2021[6], el total de accidentes y accidentes laborales es de 216.331 y 153 fallecimientos (que por algún motivo no incluye el in itinere). A este dato hay que sumarle, como el propio informe dice que “se registraron 223.280 casos de enfermedad profesional - no listada- COVID-19, de los cuales 2.331 se notificaron como mortales”. No está de más recordar que la lista de enfermedades profesionales se encuentran pre establecidas y que, para lograr el reconocimiento por fuera de ellas, hay que pasar por comisiones medicas y/o juicios. Si estas no son aceptadas, el trabajador/a deberá asumir los cargos del tratamiento. De los 216.331 casos, el 32.1% corresponden a jóvenes de entre 30 a 39 años. El 26.8% a jóvenes entre 20 a 29 años de edad.


En el mismo periodo, se registraron 6.971 enfermedades profesionales[7]. El 26.3% corresponde a jóvenes de 30 a 39 años y el 11.3% a jóvenes 20 a 29 años.


Es fundamental tener en cuenta que todos los datos aumentan al considerar a la fuerza de trabajo precarizada, ya que la misma es dejada de lado en la publicación oficial. No es menor esta cuestión ya que la economía informal representa un porcentaje cada vez más alto de la economía argentina. En este sentido, si tomamos los datos del espacio Basta de Asesinatos Laborales (BAL)[8], al menos 1295 personas murieron por razones laborales, durante 2020. Un trabajador cada 7hs. De estos, el 3.5% tiene menos de 25 años. A diferencia de otros años, donde la edad promedio rondaba los 42 años (ver Anuario 2019 y otros), en el 2020 se ve un promedio de edad más elevado. Esto es sin duda resultado del peso del COVID-19 en las causas de muerte.


Para cerrar, la cuestión del acceso a la justicia por trabajadores que han sufrido accidentes o lesiones, la “industria del juicio”, sobre el tipo de lesión, la rama de actividad, la ubicación geográfica, el tamaño de la empresa, el sindicato, el sub registro del trabajo doméstico, el negociado de las aseguradoras (tanto publicas y privadas) y la casi nula información sobre enfermedades profesionales, quedará para próximos materiales. Así como también el festejo de la caída de los accidentes laborales como de las enfermedades profesionales dejando de lado la crisis económica y el cierre de empresas. En empresa cerrada, no hay accidentes J. Ni hablar si se compara con los primeros meses de la pandemia donde las actividades esenciales eran casi las únicas que desempeñaban su tarea.


SER POBRE




En la Argentina kirchnerista y peronista, como así también del Pro y los radicales, de la Unión Industrial y de la Sociedad Rural, del Papa Pancho I, en su modelo 2021, 2.9 millones de hogares son pobres (el 31.2% del total), lo cual equivale a 11.7 millones de personas pobres, al 40.6%de la población. Dentro de lo mencionado hay que agregar que 756 mil hogares son indigentes (8.2% del total), lo cual es equivalente a 3.1 millones de personas (10.7%)[9] Menos mal que es un gobierno progresista... que le pone un freno a la derecha…


La principal manera de medir la pobreza es por medio de cuestiones económicas y de modo individual o grupo familiar. No se la entiende en relación a los que más tienen y la diferencia con los de menos dentro de la misma sociedad. Tampoco entran las cuestiones educativas ni culturales. Solo a partir del vil metal[10]. En este sentido, el indicador a tener en cuenta es el sueldo. Según el INDEC, el ingreso familiar promedio es de $37.083 y la Canasta básica total promedio del hogar es de $62.989. En este sentido, además de los salarios de mierda que cobramos, llama la atención cómo cierto grupo minoritario pero intenso, pone el ojo únicamente en la diferencia salarial entre hombres y mujeres y omite, ignora, desconoce, no le da importancia, no le interesa, calla, la situación de hambre y miseria de cada vez más parte de la población, de que con anterioridad el salario del jefe de familia alcanzaba cubrir los gastos del hogar y que ahora no alcanza con dos. Menos aún el valor histórico del salario real o la plusvalía y tasa de ganancia obtenida por la burguesía. En fin…minorías intensas entrenadas para justificar, de distintas formas y colores, la miseria planificada del capitalismo argentino y mundial. La pobreza, la desigualdad social, aparece como algo dado, al igual que el color del cielo y del pasto. Al igual que los millones y millones y millones de las almas caritativas que nos representan en la Rosada y en el Congreso.


Teniendo en cuenta la edad, la cuestión es más terrible aún. Más catastrófica. Más aún queda a la vista lo errado de ciertos planteos provenientes de “la izquierda”. De los niños/as de 0 a 14 años de edad, el 54.3% son pobres. De los jóvenes de 15 a 29 años, el 45.5% son pobres. Un poco más finito el análisis: De 0 a 5 años, 50.8% son pobres. De 6 a 11, el 54.9% y de 12 a 17 años, el 57.8% Quedará para otro momento analizar la pobreza intergeneracional, pero de algo estamos seguros: la pobreza solo genera más pobreza, mayor desigualdad[11].


Si tomamos como variables la pobreza y la geografía, también se arma un ranking tristemente interesante. A la cabeza de los aglomerados urbanos más pobres, se encuentra (ta tan ta tannnn) Gran Resistencia con el 44.6% de hogares pobres y el 51.9 de la población. Un gran esfuerzo debe haber sido para “Coqui” Capitanich obtener este logro. En segundo lugar, se encuentra (platillos de batería marcando suspenso) Concordia (Entre Ríos), con el 44,4% y 56,1% respectivamente. Siendo una de las provincias que padece más el glifosato a nivel local y también a nivel mundial, gobernada por Gustavo Eduardo Bordet, perteneciente al partido justicialista. En tercer lugar, aunque hay que reconocer que bastante peleado, se encuentra Santiago del Estero-La Banda con el 38,6% de los hogares pobres y el 50,2% de los paisanos. En este caso, hay que reconocerle el logro al radical-kirchnerista Gerardo Zamora. Para ir cerrando este hermoso ranking, no queremos dejar de mencionar el esfuerzo de Gerardo Morales en Jujuy, con el 33,4% y el 42,5% respectivamente. Como tampoco el de Rodolfo Suarez en el gran Mendoza con el 33,2% y el 43,7%. Los últimos tres mencionados, tienen una gran importancia: Rio Gallegos (Santa Cruz), es gobernada por Alicia Kirchner y alcanza el numero de 25,9% en un caso y 34,7% en el otro. El gobernador estrella Axel Kiciloff, en el Conurbano (que no lo vio crecer) posee un 37,1% y 45,3% respectivamente. Por último, el estelar nuevo jefe de gabinete nacional, perteneciente al Opus Dei, dejo en su Tucumán querido, un 37,1% y 45,3% de pobres. Con estos números, estos católicos hacen quedar al demonio como un punga vulgar.


Estudiar


Todos se llenan la boca hablando de la importancia de la educación. Que es fundamental para el país, que un futuro mejor es imposible si no le damos bola, que la única obligación de los pibes es estudiar, que Sarmiento y mil cosas de ese tipo. Incluso, parte de la derrota electoral en las PASO del peronismo tienen que ver con este tema, el cual fue bastante mediatizado y dejó al desnudo los mil millones de problemas de un sistema educativo que no se sabe muy bien cuál es su función luego de la consolidación del estado nación en el SXIX.


Vamos a los bollos. Según el Ministerio de Educación de la Nación, en su informe “Evaluación Educativa Argentina 2019”[12]:


El total del gasto en educación realizado en 2018 por el Estado nacional y las 24 jurisdicciones fue de $742.377 millones de pesos, de los cuales el 25,33% ($188.068 millones) corresponde a Nación y el 74,67% ($554.308 millones) a las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


En relación al gasto realizado por las jurisdicciones, el 80,2% se destinó al pago de salarios,

el 13,8% a transferencias al sector privado y otras instituciones, el 3% a bienes y servicios y

el 3% a bienes de capital (construcciones y equipamiento).


“Si se considera que las transferencias o aportes al sector privado se destinan exclusivamente a sufragar los salarios de su personal docente según lo estipula el artículo 65 de la Ley de Educación Nacional 26.206, se advierte que el 94% de la inversión educativa realizada por las jurisdicciones corresponde a remuneración del personal”.



Como el mismísimo ministerio plantea, la gran mayoría de la guita para educación no sale de la Nación sino de las distintas provincias. Lejos de ser un acto de federalismo de las provincias pre existentes a la nación o coso, es liberalismo al palo. Es la forma que durante la primera “década ganada” del capital en democracia con Carlos Saúl [13] (con Alfonsín no les fue tan mal gorditos), de reducir gastos al gobierno nacional.


Nunca, jamás, ni por asomo, se planteó volver atrás con esta cuestión. En provincias ricas, una educación pobre. En provincias pobres, una educación muy pobre. Obviamente, esta cuestión, no puede ser separada de la estructura económica del país ni del contexto mundial, con la batuta en Washington. La educación, como todas las cuestiones importantes, no puede ser analizada en soledad, separada del resto. Siempre hay que tener en cuenta la totalidad (o por lo menos intentarlo).


La guita se va principalmente en salarios, pero cualquiera que haya pasado cerca de una escuela, sabe que no se encuentra en óptimas condiciones ni nada parecido. Que, si no se cayó a pedazos, está cerca. Que muchísimas cuestiones hacen más difícil aún el proceso de aprendizaje, el hacinamiento, el cagarte de frio, que no hay compus y mil cosas más. Cualquiera que conozca un docente, sabe que es lo opuesto a alguien rico (sea empresario o funcionario) y que tiene mucho trabajo en varias escuelas para poder llegar a fin de mes. Que no se le paga el tiempo de planificar las clases y corregir. Lo mismo con todos los trabajadores de la educación. Viven de su trabajo, que la justificación de los salarios de mierda por medio de la vocación, se la metan en el upite.


A este contexto de miseria estructural por parte del estado, hay que sumarle la situación de los pibes y las pibas. Según el informe, el 32% de adolescentes de 16 y 17 años, realizan actividades productivas. Más sencillo:1/3 de los chicos de 16 y 17 años, trabajan. Su trabajo puede ser destinado al mercado, al autoconsumo o tareas de cuidados[14]. Abriendo ese 32%, podemos ver que el trabajo que tiene como fin el mercado, incluye al 18% de las y los adolescentes, el de cuidado al 13% y 7% a las actividades para autoconsumo


Si le sumamos la variable de género, el porcentaje de varones que llevan adelante por lo menos una actividad productiva asciende al 34% y el de las mujeres llega al 30%. Dentro de las actividades destinadas al mercado, los hombres representan el 23% y las mujeres el 13%. Dentro de las tareas del cuidado, no llama la atención en lo más mínimo, los porcentajes casi que se invierten: el 19% corresponde a las mujeres y el 9% a los hombres.


Si tomamos la variable de lugar de residencia, en las áreas rurales, el porcentaje de jóvenes que trabajan alcanza al 43% mientras que, en la urbe, “solo” llega al 30%. Si los separamos por regiones, el NEA tiene el 37% y el NOA el 33%. GBA el 32%, la Pampeana el 31%, cuyo el 30% y la Patagonia el 23%. No se salva nadie….


Tener que trabajar repercute linealmente en la vida escolar de los adolescentes. Aquellos que trabajan en el ámbito urbano, faltan tres veces más a clases en comparación a los que no trabajan (23% y 8%, respectivamente). En el ámbito rural, los números aumentan a 35% y 15%. No asisten a la escuela 2 de cada 10 adolescentes de la urbe que realizan por lo menos una actividad productiva, mientras que, en la ruralidad, aumenta a 3 sobre 10 adolescentes de 16 y 17 años. Datito de color: todos estos números son pre pandemia. Es implica que, para más placer, los números aumentaran en los próximos informes. No lo entenderías….


A partir de este momento, nos ponemos bilardistas[15]. Vamos a ver los números: ¿aprobáis o no aprobáis?, esa es la cuestión. ¿Terminas o no el secundario?


El 95% de los changuitos y chinitas de 12 a 17 años que viven en los centros urbanos del país, van a la escuela. El resto, no (información correspondiente al 2do trimestre de 2019) Del ámbito rural, no se tiene información actualizada.


También en las ciudades, los pibes de 18 y 19 que terminaron el secundario alcanza el 46% mientras que los que tienen entre 20 y 24 años, llega al 69%.


Si separamos por quintiles (ingresos económicos)[16], los jóvenes de 18 a 24 años con secundario completo o estudios superiores pertenecientes al nivel más bajos(quintil I), llega al 43.4%, el del segundo grupo (quintil II), llega al 60.5%, el del tercer grupo (quintil III), al 73.2%, el del cuarto (quintil IV) 85.5% y el del quinto (quintil V), al 90.6%. Como queda la vista, en términos de estudio y en todos los ámbitos de la vida, la guita importa y mucho. Hay casi 50 puntos porcentuales de diferencia entre los pibes de sectores más bajos y los pibes de los sectores más altos. ¿Queres estudiar? Necesitas plata. Ni hablar que, gracias a los estudiantes, familiares y docentes (o a pesar de los distintos gobiernos), la educación pública continúa teniendo una gran importancia en el sistema educativo. Caso contrario, los números asustarían mucho más aún. Pensar que algunos analfabetos (políticos) dicen que las clases sociales no existen….


Si observamos las trayectorias educativas, tenemos la siguiente información:


En 2018, la tasa de promoción es del 81%. Es decir, 8 de cada 10 estudiantes aprobaron un determinado año de estudio. La tasa de repitencia es del 10% y la de abandono es del 9%.


La tasa de abandono varia significativamente por año escolar. Para simplificar, teniendo en cuenta que la de duración de la primaria y la secundaria varían según el distrito, se pondrá la cantidad de años de estudio del estudiante: 5,5% en el 7mo año, 8,5% en el 8vo año, 6,1% en el 9no, 9,2% en el 10mo, 7,3% en el 11vo y 17,9% en el 12vo. Más allá que el número más alto se da en el décimo año, no podemos evitar que nos llame la atención lo que ocurre en el último año. Son las tristemente célebres “materias colgadas”. Hasta el momento, no hay información sobre todos los abandonos durante el momento pico de la pandemia, pero no hay que ser un experto en cosas para saber que todos estos números han aumentado.


En 2019, el 32% de los y las estudiantes secundarios, es decir 1 de cada 3, tiene sobre edad para el año que está cursando. Como bien sabemos, esta variable se relaciona directamente con el abandono de los estudios de distintos modos (trabajo, vergüenza, desacreditación del estudio, considerarse incapaz, etc.). El porcentaje de sobre edad en el primer año del secundario es de 27% en las secundarias de 6 años y de 33,3% en las secundarias de 5 años. esto implica que la repitencia/abandono proviene de la primaria y/o jardín.


Por último, la tasa de egreso del nivel secundario del 2018 fue del 54%[17]. Los que logran este objetivo sin repetir ningún año, solo son el 29% (tiembla la cámara empresarial de locales bailables de Bariloche)[18].


PRIMERAS CONCLUSIONES


Lo primero que tenemos que decir, es que todas estas cuestiones ocurren al mismo tiempo; sólo se presentan de manera separada para poder analizarlas con un poco más de profundidad. Como decíamos más arriba, la realidad es una totalidad y posee contradicciones. Igualmente, a pesar de las limitaciones de lo planteado en el texto y de nuestra capacidad de análisis, la conclusión es tajante: les pibes están hasta las manos.


La sociedad en la que vivimos se reproduce de manera consiente, como resultado de la relación entre las clases sociales y la lucha entre ellas. Que estemos perdiendo por goleada tiene sus consecuencias. Qué las pendejas y pendejos estén en una situación complicadísima, no es por la cuestión de los astros ni de las estrellas ni de la posición de la luna a la hora de nacer de casi un tercio del país. Entendámoslo, sino será imposible modificar algo.


Desde el discurso de los candidatos de la burguesía, los jóvenes son tratados de manera individual, como una suma de individualidades homogéneas, cuando su realidad es muy heterogénea. Además, no se los trata de manera colectiva (ni Centro de Estudiantes, ni organización política, ni territorial ni sindical ni Club ni nada). Además, se los excluye de su contexto. Son chicos, no boludos. La mayoría ve a sus amigos más grandes, a su familia, a su gente y saben que la situación está complicadísima.


Entre tantas cuestiones que entraron en agenda, se destacó muy fuertemente la despolitización de los jóvenes. Nos llama poderosamente la atención ya que un tiempo atrás se gritaba muy fuerte a favor de ellos, que el feminismo era llevado por ellos como bandera, que habían entendido todo y de repente...se terminó. Esto nos lleva a pensar que el problema es el termómetro social que utilizan algunos. Hay que salir del mundillo para darse cuenta que la inmensa mayoría de la población solo busca sobrevivir y, si es posible, vivir bien.


La batalla ideológica se viene perdiendo por goleada. Incluso abandonada por gran parte de la izquierda realmente existente. Además, no podemos omitir, la despolitización también se da entre los adultos, las cosas no salen de los árboles. Un claro ejemplo de esta cuestión es cómo se vivió la carnicería entre funcionarios dentro del oficialismo luego de la derrota electoral: se siguió por la tele y las redes. Nada de copar las calles para defender “el modelo” o coso.


Como algo opuesto se busca vender ilusiones. Se impulsan casos individuales que lograron zafar de su pobreza estructural; que la pegaron, que cumplieron “el sueño del pibe” o se ganaron la lotería. Obviamente, se plantea que fue únicamente por su esfuerzo, que si todos hacen su esfuerzo lo van a lograr. Claramente esta es una variable, pero no es la única. No hay estructura económica, no hay capitalismo, no hay nada. Antes era Carlos Tevés, el jugador del pueblo. Hoy L – Gante. Obviamente no tenemos nada contra ellos. Son dos ejemplos entre miles que van cambiando con el pasar de los años y los contextos. Los goles de Carlitos en la selección, los gritamos todos. Aguante la cumbia 420 y Jamaica. Pero son la excepción no la regla, eso nos tiene que quedar claro.


Para terminar, dos cosas de las que estamos seguros: 1) no es una cuestión de trap mas piola o menos piola: la situación material de los jóvenes es altamente preocupante. Es un sistema que cada vez les brinda menos cosas, sumado a que la democracia burguesa les es dada como algo normal. La legitimidad se tendrá que ganar de un modo distinto a las generaciones anteriores o no… Y nada indica que, de no lograrlo, pueda salir algo progresivo. Tampoco implica, ni por asomo, una crisis terminal del capitalismo ni nada, NADA, parecido.


Los Bolsonaro, los Trump, los Boris Johnson, los Milei, surgen de esto contextos; se cocinan en estos caldos. No son solamente productos televisivos. Surgen para ordenar a la sociedad en procesos de descomposición importantes y llegan a interpelar a sectores que nosotros no llegamos ni por asomo. Al igual que los evangelistas. 2) Los ya no tan jóvenes, podemos garantizar que el mundo (fue y será) continúa siendo una porquería cuando superas los 30 o los 40 o más, que no es solamente un problema de les pibes. Encima, estás cansado, empezas a encontrar el gustito a quejarte y a pensar la vida entera desde el cosmos de un sillón[19].


xxx


"Juanito Laguna no pide limosna, reclama justicia; en consecuencia pone a la gente ante esa disyuntiva; los cretinos compadecerán y harán beneficencia con los Juanitos Laguna; los hombres y mujeres de bien, les harán justicia." Antonio Berni

[1] Macaneando sobre el circo electoral https://www.youtube.com/watch?v=YztgHQz8AMU&ab_channel=LaCl%C3%B6acaTV Macaneando sobre el circo electoral (segunda parte) https://www.youtube.com/watch?v=K7PvNLupCdE&ab_channel=LaCl%C3%B6acaTV También disponibles, junto a otros contenidos, en Spotify y Google Podcast. [2] Información brindada por el iNDEC https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_2trim216D4D22FF6B.pdf [3] PEA: personas con una ocupación o que, sin tenerla, la buscan activamente y están disponibles para trabajar [4] Excede este trabajo, pero, considerando el proceso de descomposición social cada vez más elevado y putrefacto como en el que vivimos, esta situación concreta tiene para muchos trabajadores una escapatoria al ingresar a alguna de las fuerzas del estado. De este modo, logran tener una relación de dependencia, un sueldo todos los meses, obra social y una eventual jubilación. Obviamente que su origen de clase no quita que sean parte del aparato represivo del estado. Las características del mismo, merecen un análisis aparte. Como también la modificación de su tamaño, modo de obrar y formación. [5] Informe completo en https://www.srt.gob.ar/estadisticas/anuario/Informe%20Anual%20de%20Accidentabilidad%20Laboral%20-%20A%C3%B1o%202019.pdf [6] Ver en https://www.srt.gob.ar/estadisticas/datos-provisorios/Informe%20provisorio%20de%20accidentabilidad%20laboral.pdf [7] Ver informe en https://www.srt.gob.ar/estadisticas/datos-provisorios/enfermedades/2021/Informe%20provisorio%20de%20enfermedades%20profesionales.pdf [8] Informe detallado en https://drive.google.com/file/d/1iQwrEWcOFaTnhOxi8O1pNi1HyXma2WHK/view?fbclid=IwAR3eMcSeJhRUSbem1oZMQ18kG1tglAMJ0vvs6VH4uMnKgf2gTtBA258cgVc [9] Información obtenida de https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/eph_pobreza_09_21324DD61468.pdf [10] En el Censo Nacional del 2010, entre varias cuestiones, se midió las Necesidades Básicas Insatisfechas (NIB). El padecer solo una de ellas, indica que uno ya padece la pobreza. La Condición de privación predominante por provincia fueron las siguientes: 19/24 PROVINCAS, NBI 3. Hacinamiento: es la relación entre la cantidad total de miembros del hogar y la cantidad de habitaciones de uso exclusivo del hogar. Operacionalmente se considera que existe hacinamiento crítico cuando en el hogar hay más de tres personas por cuarto. 2/24 NBI 2. Condiciones sanitarias: incluye a los hogares que no poseen retrete. (Misiones, Santiago del Estero y Chaco) 2/24 NBI1 NBI 1. Vivienda: es el tipo de vivienda que habitan los hogares que moran en habitaciones de inquilinato, hotel o pensión, viviendas no destinadas a fines habitacionales, viviendas precarias y otro tipo de vivienda. Se excluye a las viviendas tipo casa, departamento y rancho. (CABA Y Tierra del Fuego). Excede este trabajo, pero no podemos dejar planteado el asombro que en un país con una población relativamente baja, con una gran extensión de tierras, el problema de hacinamiento sea la principal NBI. En este sentido, la cuestión de la vivienda no puede pensarse en separado a dos variables: 1- La renta de la tierra y la expansión de las tierras cultivables. 2-La extensión de la frontera urbana y el negocio inmobiliario [11] Para más placer, le dejamos al lector el ranking de les argentines más ricos del 2020 realizado por la Revista Forbes: https://www.forbesargentina.com/rankings/ranking-forbes-2020-quienes-son-cuanto-tienen-50-argentinos-mas-ricos-n3469 [12] Disponible en https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/evaluacion_educacion_secundaria_argentina_2019.pdf [13] Invitamos al lector a leer el siguiente material sobre el ex presidente y senador: https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/el-califa-invicto [14] La información proviene de la Encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) realizada por el Ministerio de Trabajo e INDEC en los años 2016 y 2017 que menciona el mismo informe (niños, niñas y adolescentes de 5 a 15 años). La encuesta clasifica dichas actividades en tres tipos: 1) aquellas destinadas a la generación de bienes o servicios orientados al mercado (sean o no remuneradas), que les llevan al menos 1 hora en la semana de referencia, 2) las actividades de autoconsumo para el hogar a las que se dedican al menos 1 hora en la semana de referencia (tales como construcción o arreglos de la vivienda propia, cultivo o cosecha de productos agrícolas o de huerta, y el cuidado de animales, entre las principales), y 3) actividades domésticas intensivas realizadas por adolescentes de 16 y 17 años con una dedicación horaria de 15 horas o más en la semana de referencia (tales como limpieza, cocina, arreglos en la propia casa, cuidado de hermanos u otras personas que viven en el hogar). [15] Desde el Comité Editorial de La Cloaca, destacamos fuertemente todo el empeño y capacidad del Dr Carlos Salvador Bilardo, el cuál dista mucho de su imagen mediática. Además, sabe cuánto pesa la Copa del Mundo. Nuestro respeto y admiración a este prócer del deporte nacional. [16] Quintil de ingresos: Cada quintil agrupa al 20% de la población con ingresos (total individual), o al 20% de los hogares con ingresos totales, según el caso. Las personas o los hogares se ordenan de menor (quintil I) a mayor ingreso (quintil V). [17]El informe dice: “Este indicador resulta de un cálculo que se obtiene a partir de una cohorte de estudiantes matriculados/as en 2018 y que expresa qué proporción de esos/as estudiantes egresarán manteniéndose constantes las tasas observadas de promoción y repitencia. [18] Según el Censo 2010, el 2% de los hombres y el 1,9% de las mujeres son analfabetos. [19] Bienvenidos, Don Osvaldo https://www.youtube.com/watch?v=LisnljthKEY&ab_channel=DonOsvaldo

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