Son muy importantes las noticias que llegan desde Cuba en estos últimos días. No solo para los cubanos, sino para toda la Humanidad. Se trata del desarrollo de vacunas contra el COVID-19.
Cuba, ese pequeño país socialista del Caribe, bloqueado por el imperialismo desde hace más de 60 años, está logrando sintetizar la primera vacuna latinoamericana contra el Covid-19. Seguramente también la segunda y quien te dice que no logre también la tercera. Esto lo va a lograr con una eficacia similar a las desarrolladas por Pfizer o Moderna y superiores a los de Sputnik V o AstraZeneca. Así como también, ser el primer país del continente (¿y del mundo?) en vacunar a toda su población. Se estima que será antes de fin de año.
La vacuna Abdala tiene una tasa de eficacia de 92,28% después de aplicar tres dosis. La Soberana 02, una eficacia del 62% luego de dos inyecciones. Aún se esperan los resultados después de la tercera dosis con la Soberana Plus; se estima que logrará entre un 85% y 95%. También se está trabajando en la vacuna Mambisa, que se aplica por medio de un spray nasal.
No es menor destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) exige una eficacia de al menos 50% para que un candidato sea aceptado como vacuna. Ampliamente superan este piso. Hasta los medios yanquis y europeos (¡hasta La Nación!) salieron a reconocer este gran logro científico cubano. Otro datito de color: el 80% de las vacunas que tiene el Programa Nacional de Inmunizaciones se producen en la isla.
Llegar a estos resultados no es parte de un devenir azaroso. Es la planificación socialista de la salud. Es, hace más de 40 años, comenzar a invertir en infraestructura y en la formación de profesionales. Se buscó y se logró desarrollar el sector biotecnológico farmacéutico cubano. Para que estén a la altura de los países nórdicos de Europa y a la cabeza de toda América. Todo esto, en el contexto del bloqueo más sanguinario de la historia moderna.
Lejos de ver a la salud como una mercancía y como algo individual, la visión socialista implica entenderla como un derecho colectivo. Además, se pone el eje en la prevención, no en la cura. Para llevar esto adelante, son fundamentales las salitas de salud en los barrios, la atención primaria y recurrir al hospital como última instancia. En este sentido, es indispensable la participación activa de la población en los territorios y los promotores de salud.
Además, ya se ha confirmado la donación a los países de lo que habitualmente se denomina el "Sur Global". En contraposición a Europa y EEUU que compran más vacunas que las necesarias para inmunizar a su población.
Resulta imposible olvidar al "ejército de batas blancas" que fue a Italia en el peor momento de contagios y muertes. Tampoco al crucero lleno de turistas ingleses que nadie quería recibir por los contagiados en su interior.
Una vez más, predicar con el ejemplo. Una vez más, mostrando el camino.
¡Viva Cuba! ¡Viva el Socialismo! ¡Viva Fidel!
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"𝑼𝒏 𝒅𝒊́𝒂 𝒅𝒊𝒋𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒏𝒊 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒛𝒂𝒓𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒂𝒕𝒂𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒗𝒆𝒏𝒕𝒊𝒗𝒐𝒔 𝒚 𝒔𝒐𝒓𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒗𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒏𝒊𝒏𝒈𝒖́𝒏 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐 𝒓𝒊𝒏𝒄𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐; 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆, 𝒆𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐, 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒊́𝒔 𝒆𝒓𝒂 𝒄𝒂𝒑𝒂𝒛 𝒅𝒆 𝒆𝒏𝒗𝒊𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒆́𝒅𝒊𝒄𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒆𝒏 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂́𝒔 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐𝒔 𝒓𝒊𝒏𝒄𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐. 𝑴𝒆́𝒅𝒊𝒄𝒐𝒔 𝒚 𝒏𝒐 𝒃𝒐𝒎𝒃𝒂𝒔, 𝒎𝒆́𝒅𝒊𝒄𝒐𝒔 𝒚 𝒏𝒐 𝒂𝒓𝒎𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒍𝒊𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔, 𝒅𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒕𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒆𝒓𝒊́𝒂, 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆, 𝒂𝒍 𝒇𝒊𝒏 𝒚 𝒂𝒍 𝒄𝒂𝒃𝒐, 𝒖𝒏 𝒂𝒓𝒎𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒂𝒕𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒍𝒖𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒖𝒏 𝒂𝒓𝒎𝒂 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒍𝒊𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆…"
Fidel Castro, Facultad de Derecho, Buenos Aires, Argentina, 26 de mayo del 2003.
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