I. Manoseo
No solo la «tocaron»: a la doña le pegaron una manoseada procaz, de otra época; pre-deconstrucción ¿Por qué? en principio, porque pueden. Como el perro cuando se autofela; campante y estoico.
Acaso en la absolución de De Vido en la misma causa es que deba tantearse una clave para interpretar, haciendo una hermenéutica de toda esta banda de aspirantes a mafiosos, el verdadero mensaje: el tipo no abrió la boca. Ni contra sus ex compañeros, ni contra Lázaro, ni contra la doña ni contra la Cámara Argentina de la Construcción. Acaso lanzó, ocasionalmente y sin mucha reverberancia, alguna invectiva contra la oligarquía, el Poder Judicial y entelequias por el estilo. Para la tribuna. Pero lo clave acá es que se retribuye gratamente el silencio. Códigos.
Muy por el contrario, el pataleo constante de años –y que empezó tan prematuramente que hoy ya casi ni a los propios interpela, incluso aún después de un intento de magnicidio que elegimos seguir tomando por genuino, real…más por lo siome de los magnicidas que por la catadura de la agredida- ya agotó. Sencillamente, agotó.
En su propia nada se ahoga el cuento de la pasionaria perseguida. Entre otras cosas, porque la mierda, en velocidad, salpica. Y sea que haya o no puesto la firma, acompañado o no tal o cual licitación amañada o favorecido el desarrollo de un determinado rejunte de piratas del asfalto candidateándolos a burgueses nacionales, es eso: de mierda hasta el cogote, se quiso despegar cuando ya era tarde. Esa es la pesada herencia. Del Néstor Eterno sobre el que ahora siembra, ella, no pocas dudas. Que si algo manejaba era, precisamente, los códigos. Se puede ser mentiroso, pero buchón no. Eso sí se paga. Y ahí andan. Pagando en cuotas.
En el fondo, es falta de política, en principio: si uno tiene gente alquilada que le labura para sus propios fines –espías, policías, operadores judiciales, traficantes de influencias, proto-burgueses, aliados políticos propiamente dichos…socios, en fin- se aviene tácitamente a un entramado de prácticas y códigos, reglas no escritas, de las que uno es, por más en la cúspide que se encuentre, prisionero.
No se puede ser el gordito de la pelota y decir “me la llevo, no juego más…me voy a armar mi propia Stiusoneta”. Esto último fue lo operado por la doña y parte de su entorno desde 2014 en adelante; el rosario de consecuencias no cesa de sumar cuentas y, de paso: son todas balas que pican cerca. A lo sumo hieren; nunca matan. Siempre se puede volver a relanzar esos pactos espurios de los que toda cúpula en el poder requiere para mantenerse ahí arriba.
Y si hablamos de política también hablamos de gestión; la “otra pata”. El famoso “hacer para la gente” con que gustan llenarse la boca –y los bolsillos- toda esta banda de aspirantes a mafiosos –sean del partido que sean: hoy es cada vez más palmario que son lo mismo ¿quieren que evaluemos la gestión? ¿En serio? ¿Empezamos por inflación, seguimos por salario real; índices de indigencia, hambre, empleo registrado…por dónde quieren empezar?
Se angostan las pasiones cuando cada vez hay menos que defender; se comprende que haya gente aferrada a un recuerdo, acaso a un símbolo pero, deberían notar que es un juguete de plástico al sol. Cada año se deteriora más. Soltar, dicen lxs gurúes de autaoyuda de Füturock.
II. Boludeo
Con respecto a la escatología de verla a la señora enrejada…¡Chiquis tranca! si Carlos Saúl Menem no fue preso por tráfico de armas, menos va a ir esta vendedora de tapper chinos por una causa con menos fundamentos y pruebas que un libro de Eduardo Galeano y Rosendo Fraga.
El tema es así: apela, sube a la Cámara de Apelación, aprueban o rechazan; apela ante Casación, rechaza o aprueba; apela ante la Corte, la Corte primero debate y se pronuncia por el sexo de los ángeles y la teoría de las ondas gravitacionales en todo esto pasaron 10 años. Y cabe añadir que la Corte se expide cuando se le cante las pelotas o lo crea oportuno.
En caso que solo sean 5 los años que el «Partido Judicial» tarde en dejar firme la condena, la «Cris Morena del Peronismo» este año se candidatea a Senadora y tiene 6 años asegurados de impunidad institucional; en todo caso, transcurrido ese lapso, siempre está la posibilidad de ir en alguna lista sábana hasta de Consejera Escolar.
Lo mejor de todo es que jamás dice «soy inocente» su argumento, diatriba tras diatriba es «Pero los demás también son corruptos». Lo dicho, entonces: la mierda salpica.
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