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Son funcionarios, no trabajadores

Actualizado: 16 feb 2022



A veinte años del 19 y 20 de diciembre del 2001, no podemos dejar de notar algunos cambios que se han ido suscitando en lo que generalmente se conoce como "debate público". La gran mayoría, para mal.


En este sentido, parece que es parte de un lindo recuerdo el rechazo al estado y sus funcionarios: otrora, todo olía a podrido, a negociado, a dólares y a impunidad. Si un gran logro ha tenido el kirchnerismo, en tanto proyecto político institucional hegemónico en la etapa, ha sido la lavada de cara de la democracia burguesa y sus instituciones. Incluidos quienes ejercen sus cargos.


Pedíamos que se vayan todos, siguen los mismos. Vale recordar que en 2001 Felipe Sola era vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires -y por ende, responsable por los asesinatos de Maxi y Darío en Junio de 2002- hasta hace unos días ocupó el cargo de Canciller de la Nación; no, no tiene remate.


Queda como recuerdo el miedo de los funcionarios de salir a la vía publica. Que los insulten, que les tiren cosas, que los escrachen. A veces, parece, hay que explicar lo obvio: son funcionarios gestionan el estado burgués del que forman parte, ponen la jeta también por sus intereses, siendo corresponsables del hambre, del frio, de la miseria y desocupación de cada vez más parte de la población. Los trabajadores y trabajadores somos aquellos/as que vendemos nuestra fuerza de trabajo para poder (sobre)vivir. No ellos ni ellas.


En los últimos días, con la asunción de los nuevos diputados, senadores y legisladores, desde los distintos medios burgueses de comunicación que le hacen el show al capital y sus monigotes, nos querían hacer sentir empatía -la palabrita de moda- con funcionarios y situaciones no positivas en sus vidas ¿Nos quieren hacer sentir lastima por el senador Bullrich? No podemos sentir lastima por un enemigo de clase. Él es la personificación de esta relación social (al igual que los y las demás). ¿Es un héroe? ¿En serio? ¿O acaso nos vamos a olvidar de toda la miseria que generó en la Educación Pública de la Ciudad y del país cuando fue ministro? ¿O acaso se borra la persecución a los trabajadores de la educación? Lo mismo en la legislatura porteña. Más allá que Ofelia Fernández genere simpatías entre el progresismo, ella no trabaja en la legislatura: es funcionaria. Mismo cuento con la izquierda que buscando likes en las redes cuentan que, a diferencia de Milei, están trabajando. Cada vez más sapos.


En la legislatura, como en el congreso trabajan las/os afiliados a ATE, SUTECBA, APL y UPCN (y si, queda para otro momento el análisis y características de estos gremios). Hay también no afiliados/as y el vagón de las/os monotributistas, que gran parte no llega a fin de mes ni sabe si tiene trabajo el mes o el año que viene. Estamos hablando de aquellos/as que van cobrar la jubilación mínima, porque si hay una política de estado en la Argentina empujada por las/os funcionarios, es pagar jubilaciones miserables. Pero no comparemos la situación que viven miles de pibas con las de una funcionaria. Del que se vayan todos pasamos a esto, y claro, no fue magia.


¿Alguien piensa que las Lilitas Carrió son trabajadoras y no funcionarias? ¿O las María Eugenia Vidal? ¿o los Duhalde o los Menem o Máximo Kirchner? Y la lista es larguísima….


No es menor recordar de donde surgen los escraches: provienen de la impunidad de los militares genocidas. La justicia no actuaba, entonces la agrupación H.I.J.O.S, principal pero no únicamente, comenzó a perseguirlos, a estarles atrás, a hacerlos sentir incómodos y que todos sepan donde vivían. En aquellos años, empezaron a hacer concentraciones enfrente de sus casas; estaba bien en claro quién era el enemigo de clase. En el 2001 también, y eran muchos de los que hoy caminan tranquilos y rechazan al unísono los escraches porque en la actualidad parece no estar claro quién es el enemigo y quiénes son sus representantes. El escrache, siempre contra el Poder, siempre para los de arriba. Jamás contra los que están al lado y corren la misma suerte que uno.


En la actualidad, se las/as considera como compañeros/as, personas supuestamente sencillas que dicen defender la Patria y después son cómplices de la timba financiera, los despidos, el ajuste, la precarización, el extractivismo y así podríamos estar todo el día, la tarde y la noche. Un poco de marchita y parece que ya está.


Está claro, aunque sea necesario repetirlo: pueblo trabajador de un lado, los burgueses y sus representantes del estado, del otro. No nos confundamos. Nosotros vamos por las calles embarradas a la escuela y ellos las cierran y del asfalto ni digamos nada. Nosotros pensando cómo hacer magia con el morfi; ellos con mucama y cocinero. Nosotros viendo de hacernos una escapadita; ellos de vacaciones en Madrid.


Ya que estamos, y al calor de las llamas chubutenses: si alguien ve a Cabandié, ministro de Medio Ambiente, que avise.

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