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Un Cloaquero en Chascomús


En este caso, vamos a realizar una pequeña reseña, bajo la estricta  lupa de un Cloaquero que paso unos días en Chascomús.


A poco más de 130 km de Capital, Chascomús es un destino ideal para pasar unos días y desconectar de esta fucking realidad que nos caga a palos todos los días.


En auto Ruta 2, mates y facturas con la patrona, si tiene tiempo se hace algún mimo; es imprescindible a la hora de encarar este viaje. Si va solo, permítase el gusto y viaje en chota o en tetas, da lo mismo, si va cuando no va nadie…no hay controles policiales. En tren también se puede llegar perfectamente en algo más de dos horas, eso sí… evite ponerse en chota o en tetas.


Lo primero que se puede recomendar desde La Cloäca Tours, es que trate de ir cuando no es fin de semana largo, ni en ninguna fecha masiva: no sea otario saliendo del quilombo diario para meterse en más quilombo…recuerde que va a descansar y despejarse de la gente. Por otro lado, si va cuando va todo el mundo, le van a romper el ocote con precios exorbitantes y tendrá esperas eternas: vaya cuando no hay nadie y le va a rendir mucho mejor la teca y lo van a atender mejor.


Lo primero que tiene que evitar si o si, es parar en Atalaya: está siempre lleno, y las medialunas no son la gran cosa como las pintan, pero aun si lo fueran, una docena de medialunas no valen la espera y el contacto con tanta gente que además está con niños que corren y gritan (sin olvidar lo zarpado del precio). No, siga de largo…en Chascomús hay muchas panaderías y lugares para morfar medialunas de primera.


Lugares para hospedarse hay a patadas: otra ventaja de ir cuando no va nadie es que puede encontrar una gran variedad de precios, desde camping hasta hoteles boutique pasando por cabañas de todo tipo. Siempre es recomendable igual contratar y hacer la reserva antes y con tiempo, particularmente recomendamos “Cabañas El Refugio”.


Una vez instalado cosas que si o si recomendamos:


- Pegarse una vuelta completa a la laguna (aprox. 60km de circunferencia), pare en el castillo de la amistad (bueno, sus ruinas): no sea vago y googlee la historia. En esta vuelta a la laguna va a poder apreciar unos paisajes buenísimos y va a poder parar a la vera de la laguna. También se pueden alquilar bicis y, si se anima, hacerla pedaleando.


- Recorra la plaza central en el casco histórico, ahí se va a encontrar con un paisaje de otra época. Entre a la casa del casco y va a poder recorrer una casa del 1800 con mucha historia. Dato de color: ahí se filmó “Camila” de María Luisa Bember  ¿La entrada? Gratalora.


- Otro lugar imperdible frente a la plaza histórica es el Club de Pelota Paleta, un edifico de 1925 con influencia arquitectónica Vasca: es imponente, tiene un restaurante y siempre hay alguien que se copa y hace un recorrido; entre sin vergüenza y recorra esas instalaciones. Si puede, pregunte por la historia del Manco.


- Recorra las inmediaciones de la plaza Independencia, es un barrio con muchas casas antiguas, muy bien conservadas y calles de adoquines. Ideal para recorrerlas caminando sin apuro y sacando unas buenas fotos.


- Ya para el lado de la costanera, de cote a la laguna, no puede perderse de conocer La capilla de los negros, su historia y su sincretismo, ahí conviven Oxum, la Virgen del Rosario y Ceferino Namuncurá. Piso de tierra y una atmosfera única.



Enfrente de la capilla de los negros, va a poder encontrarse con una feria artesanal y de productores que se deja recorrer. Detalle importante: en la feria de los productores hay varios que hacen productos con chocolate que amablemente siempre dan muestras para degustar, lo mismo los que hacen licores (Guiño guiño).


- Para morfar, obviamente siempre garpa cocinar en donde uno se hospeda (en el caso que tenga cocina), pero en Chascomús hay lugares con precios accesibles y que se come muy bien.


Imperdible el restaurant de pesca y náutica, tiene vista a la laguna y se come de diez, los precios están bien y la atención es buenísima. Ojota: no busque alguna sofisticación estética, la estrella de la casa es el morfi, mucha variedad de pescado para elegir y las porciones son para compartir…pero acá está el tip ganador: pídanse una porción de vacío, es más que generosa; comen dos y seguro les sobra, el vacío lo preparan los viernes, sábados y domingos, durante la semana no. Recomendación: suele ir bastante gente así que conviene reservar unas horas antes para no esperar al dope en la puerta.


Otro lugar feten feten para conocer y comer algo es el Club Social de Chascomús. Entrar al Club social es sumergirse en otra época, otro proyecto de país donde las cosas se pensaban en serio. Simplemente fascinante cada rincón, el mobiliario, los detalles de la vajilla; en fin, una experiencia que sobrepasa el solo hecho de sentarse a comer, es sentarse en un lugar único. Anímese a recorrer las instalaciones, no sea cabeza de chota y aprenda in situ de historia, pregúntese los por qué y hacia dónde vamos. Seguramente alguna reflexión de este tipo lo va a asaltar mientras se sienta a comer. Por cierto, la carta no es súper abundante pero cumple más que bien. Detalle: también puede ir a merendar, desayunar o simplemente ir y pedirse un copetín.


En diagonal al Club social se encuentra el reloj de los italianos, una obra Art Decó de 1939 que nos habla con sus detalles nuevamente de otra época, que se diferencia rabiosa y obstinadamente de tanta estética moderna, utilitaria y francamente de mal gusto.



- Si anda con ganas de entrarle a una pizza, recomendamos enfáticamente “La Toscana”: buenísimas la pizza en horno a leña, con precios de primera. Otro tip ganador, chusmeen sus redes sociales que siempre tienen alguna promo que garpa.


- Otro lugar interesante para desayunar o merendar es café Mulé, frente a la laguna, excelente vista y muy variadas opciones de morfi. Es otra onda, moderno, pero sin perder cierta calidez…en fin, para ir y disfrutar la vista desde alguna de sus mesas.


Finalmente:


Tal vez lo único que puede llegar a ser criticable, es la falta de algún Bar más rockero, donde además de la música uno pueda embriagarse tranquilamente mientras ve una banda o simplemente escuchar música; en nuestra travesía, nos costó encontrar algún espacio que reúna esas características. Lo más parecido fue Franklin 47, un bar con propuestas piolas y precios muy buenos para escabiar.


Para ir cerrando, este breve resumen de la mano de La Cloäca Tours, señalamos que Chascomus siempre sorprende, es un lugar para disfrutar y permitirse un paréntesis del quilombo cotidiano. Vale la pena.


Lo recomendamos.

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