Sin pan y sin trabajo
“Bien quisiera tener el talento descriptivo de un Zola, para presentar, palpitantes y vivos, los sufrimientos y necesidades de este pueblo, tan abnegado, que son grandes y muchos”
Dr. Juan Bialet Massé, 1904
“Existe aquí una ordenanza, que como muchas, no se cumple porque así no conviene a los intereses de los señores industriales. Los maquinistas no patentados, no pueden dirijir una máquina a vapor, pero, como el empleo de tales maquinistas representaría tener que abonar sueldos elevados, resulta, que por la falta de unión entre esos obreros, nuestros industriales emplean a un foguista cualquiera y en muchos casos a un peón que jamás ha visto un motor. ¿Qué puede reventar una caldera, y ocasionar una catástrofe? ¡Qué importa! El taller o la fábrica está asegurado. En cuanto a que los obreros perezcan, eso los tiene sin cuidado a los flamantes industriales, pues aquí, ninguna ley hace responsable a los patrones de los accidentes que puedan ocurrir en el trabajo”
Adrián Patroni, 1897
En esta oportunidad, el Glorioso Comité Editorial, dedicara su tiempo y energía a caracterizar y describir la situación económica de un fenómeno de la Argentina contemporánea: los trabajadores y trabajadoras pobres. Con esto, cerramos el tridente trabajadores - jubilados - pibes. La Cloaca Investiga cumple.
Para profundizar en el análisis de la información reciente se tomarán arbitrariamente datos del 2020 hasta la actualidad.
Retomando esto último, la nota se cerró previamente a la última corrida bancaria/devaluación.
Hecho que sin lugar a dudas profundiza todas las tendencias mencionadas más abajo.
Introducción
Lo primero que debemos afirmar es que este fenómeno no es exclusivamente local ni mucho menos novedoso. En este sentido es fundamental entender al capital como una relación social, que divide a la sociedad en dos clases fundamentales y que su objetivo es la obtención de plusvalor. Para lograr lo enunciado, una clase social minoritaria, la burguesía, se apropia del trabajo realizado por la clase mayoritaria; la clase obrera. Esta forma de organización social se construye, se consolida y reproduce a partir de la desigualdad social entre ambas clases sociales.
Varios autores tratan esta cuestión en diferentes momentos, como Engels, Howlin, Massé y Patroni, entre otros[1]. Por su parte el historiador Eric Hobsbawm plantea que la “Edad de Oro” del capitalismo se produce en la época de posguerra. Esto se debe principalmente a la consolidación del Estado de bienestar Keynesiano y al Plan Marshall para reconstruir a una Europa devastada luego de tantos años de guerra en su territorio.
En este sentido, no podemos aislar estos hechos de su contexto: finalizada la Segunda Guerra Mundial, comienza la Guerra Fría y un mundo bipolar. Por un lado, tenemos al Occidente capitalista, encabezado por EEUU y por otro lado tenemos al Oriente socialista encabezado por la Unión Soviética. Por este motivo, se puede pensar que el estado de bienestar es la respuesta capitalista a un nuevo modo de organización de la humanidad: el socialismo.
En nuestro país, con sus adaptaciones e importantes particularidades históricas, este proceso ocurre durante la primera y la segunda industrialización por sustitución de importaciones (el periodo de ambas ISI es, a grandes rasgos, entre 1929-1974), siendo el actor principal de este proceso el peronismo. Más allá que cada subdivisión de estos períodos tiene su rica historia, de modo general podemos establecer que el nivel de empleo, de sueldos, de condiciones de trabajo y de vida fueron de las más elevadas en la historia de nuestro país. Como así también el nivel de conflictividad social.
El quiebre político-económico a esta etapa se produce en 1975, con una caída más que importante de la participación de los trabajadores en el PBI. Tendencia que se potencia durante el Golpe cívico-militar de 1976 y que no logra recuperarse durante el ciclo democrático que se inicia en 1983 hasta nuestros días.
La excepción es tomada como regla. La historia es hacer política hacia atrás. La normalidad es la miseria planificada no la distribución de porcentajes elevados de la tasa de ganancia. El pensar la regla como norma nos lleva a comprender de modo errado la situación actual. Como así también el lugar de dónde venimos y nuestro modo de hacer política y nuestros objetivos.
Como se observa en el gráfico y se desprende de lo escrito más arriba, el proceso político-económico también trasciende el calendario electoral y quien encabece el Poder Ejecutivo de la Nación. Sin embargo, como se ha dicho, por una cuestión analítica, nos centraremos en el periodo que comienza en el 2020 hasta la actualidad.
El siguiente gráfico de la CEPAL nos posibilita ver parte de este proceso dado que muestra la evolución de la participación de la remuneración al trabajo sobre el valor agregado bruto para el período 1950-2007 en Argentina. Luego de ese año, se produce la intervención del INDEC (patotas, burocracia sindical y persecución de laburantes mediante) y el “fraude patriótico” que daba datos estadísticos irrisorios.
Algunos conceptos
Inicialmente corresponde definir el concepto clave de este escrito: ¿Qué consideramos como un trabajador/a pobre? Para esto, se tomará las definiciones metodologías del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Se considera como población ocupada al “conjunto de personas que tienen por lo menos una ocupación, es decir, que en la semana de referencia de una encuesta/operación estadística han trabajado como mínimo una hora en alguna actividad económica. El criterio de una hora trabajada, además de preservar la comparabilidad con otros países, permite captar las múltiples ocupaciones informales o de baja intensidad que realiza la población”. Continuando con las definiciones, se considera pobre al hogar que no llega a cubrir con sus ingresos la Canasta Básica Total. Además, se considera indigente a los hogares que no llegan a cubrir con sus ingresos la Canasta Básica Alimentaria. Luego de esta introducción, vamos a la definición del organismo principal del Sistema Estadístico Nacional:
“La medición de la pobreza con el método de Línea de Pobreza (LP) consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si éstos tienen capacidad de satisfacer por medio de la compra de bienes y servicios un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales.
El procedimiento parte de utilizar una Canasta Básica de Alimentos (CBA) y ampliarla con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etcétera) con el fin de obtener la Canasta Básica Total (CBT).
Para determinar la incidencia de la pobreza, se analiza la proporción de hogares cuyo ingreso no supera el valor de la CBT; para la indigencia, se calcula la proporción de los que no superan la CBA”[2]
Es interesante el debate existente en relación a cómo definir a un individuo o un hogar como pobre o no. La definición mencionada más arriba, sólo se reduce a cuestiones económicas dejando por fuera todas las demás variables. Tiene un carácter dicotómico, ya que la diferencia de ser o no ser pobre se reduce a ganar $1 más o $1 menos. Además, se acota al ámbito privado del individuo, sin analizar su entorno, la composición del hogar, su edad, su relación con el mercado de trabajo, con el ámbito educativo, con el ámbito cultural, con el tipo de vivienda, con la utilización de su tiempo, y con el resto de la sociedad. Así como también en relación a derechos colectivos y el deber del estado en todos sus niveles para garantizarlos. En este sentido, es importante poder lograr una visión complementaria entre el análisis de la pobreza en términos absolutos y en términos relativos ya que las personas son en su contexto. Además, es significativo no reducir el análisis de la pobreza a términos biológicos (como el hecho de alimentarse o no) y/o a cuestiones pre políticas (como la falta de vivienda, las necesidades básicas insatisfechas o cuestiones de Derechos Humanos). A su vez, es necesario analizar dentro de una sociedad que se encuentra en movimiento, ya que las necesidades, como los derechos y lo que es considerado una vida digna, van variando con el pasar del tiempo. Por último, mencionar que la pobreza debe ser estudiada de modo multidimensional[3], siendo el único modo de poder entender una situación que quiere ser erradicada.
Un poco de coyuntura mundial
Sin lugar a dudas, los problemas que posee la situación económica argentina se potenciaron con los efectos de la Pandemia del Covid 19, la sequía y por la nueva situación bélica en Europa. En este sentido, es interesante el trabajo de Oxfam Internacional, que previo al Foro de Davos del 2022, presentó su informe “Beneficiarse del Sufrimiento”[4]. En el mismo se destacan, entre otras cuestiones, los siguientes puntos:
• La riqueza de los milmillonarios se ha incrementado tanto en los últimos 24 meses como lo ha hecho en 23 años[5].
• La riqueza de los milmillonarios de los sectores de la energía y la alimentación ha crecido 1000 millones de dólares cada dos días. Los precios de los alimentos y la energía han alcanzado los niveles más altos en décadas. Han surgido 62 nuevos milmillonarios en el sector de la industria alimentaria.
• Al mismo tiempo, durante la pandemia, ha surgido en promedio un nuevo milmillonario en el mundo cada 30 horas.
• La otra cara de esta realidad es que, en el mismo tiempo que se necesita en promedio para que surja un nuevo milmillonario, un millón de personas podrían verse arrastradas a la pobreza.
• Actualmente hay en el mundo 2668 milmillonarios, 573 más que en 2020, cuando irrumpió la pandemia[6].
• Estos milmillonarios acumulan una riqueza conjunta de 12,7 billones de dólares, lo que representa un incremento en términos reales de 3,78 billones de dólares durante la pandemia.
• La riqueza total de los milmillonarios equivale ahora al 13,9 % del producto interior bruto (PIB) mundial, un importante aumento respecto al año 2000 cuando suponía el 4,4 %.
• Los 10 hombres más ricos poseen más riqueza que el 40 % más pobre de la humanidad.
• La riqueza que ostentan los 20 milmillonarios más ricos supera el PIB de toda África subsahariana.
• Elon Musk, el hombre más rico del mundo, es tan rico que, si perdiese el 99 % de su riqueza, seguiría formando parte del 0,0001 % de las personas más ricas del mundo. Desde 2019, su riqueza ha aumentado en un 699 %.
Para mostrar amplitud en los insumos para caracterizar el mundo nacido en los últimos dos años, se toman datos de un actor cada vez más importante en la vida política-económica del país: el Fondo Monetario Internacional. En el comunicado de prensa N° 22/357[7], con fecha del 14 de octubre de 2022, se puede leer:
“La recuperación mundial se está desacelerando en un entorno de elevada incertidumbre. La economía mundial, sacudida por múltiples shocks, se enfrenta a desafíos significativos, y las perspectivas son más complicadas que en abril y están sujetas a riesgos a la baja. Más de dos años de pandemia, seguidos por la guerra de Rusia contra Ucrania, son un pesado lastre para la actividad económica, y tienen un impacto significativo en los medios de vida. La inflación alcanza máximos no observados en varias décadas, la deuda es elevada, los riesgos de seguridad alimentaria y energética están creciendo, los trastornos de la cadena de suministro y el comercio persisten, y las condiciones financieras se están endureciendo, mientras que la volatilidad de los flujos de capital y del tipo de cambio ha aumentado. La economía mundial está sujeta a mayores riesgos de fragmentación. El fuerte aumento del costo de vida está afectando a todos, y los grupos más vulnerables son los más perjudicados. A esto se suma la intensificación de la desigualdad, las vulnerabilidades relacionadas con la deuda y los shocks climáticos. La rápida digitalización trae oportunidades y riesgos”[8].
En nuestro país, hay informes que demuestran esta situación, como también quiénes fueron las empresas que más facturaron en estos últimos años. Algunos trabajos son informes más académicos otros más económicos, pero todos tienen en común que pretenden echar luz sobre un tema que, para nada casualmente, se encuentra fuera de la agenda pública: ¿quiénes son los ricos en la Argentina?[9]
Un poco de coyuntura nacional
No es necesario ser un gran cientista social para saber que el cambio de gestión en el poder ejecutivo en diciembre del 2019 ocurrió en una compleja situación político-económica. La misma no solo se relacionó con el estancamiento económico que padecía el país, sino también con el vacío de poder e institucional que generaron las PASO, ya que las mismas no definieron ninguna interna, pero marcaron un importante – y casi irremontable- triunfo opositor. Proceso que estuvo acompañado de una constante devaluación del peso.
Esta situación de incertidumbre con la cual el Frente de Todos asume el poder ejecutivo nacional, se puede ver en el primer trimestre del 2020, con una importante caída del PIB en 5,4% en relación al mismo periodo del año anterior. Si observamos el PBI desestacionalizado, el mismo es de -4.8% en relación al trimestre anterior.
Una vez más, sin la necesidad de ser un gran cientista social, la variable a tener en cuenta es la que comienza en el segundo trimestre, con el Decreto 297/2020 y el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio como consecuencia directa de la primera pandemia del SXXI, El Covid-19. Este hecho, generó una caída del PBI de 19,1% y una disminución del 16,20% en el desestacionalizado. En el tercer trimestre, la caída sigue siendo importante pero no tanta como en el comienzo de la pandemia, dando un valor de -10,2% y -12,8% respectivamente. En el último trimestre del 2020, los valores son de -4,30% y -4,50% en cada caso.
En el periodo 2021 la mayoría de los indicadores son positivos, pero no podemos quitarles su contexto ni la situación de excepcionalidad. Los datos del PBI, dan resultados positivos muy elevados en los cuatro trimestres 2021: 2,50%, 17,90%, 11,90% y 8,60%, llegando al pico en el segundo trimestre. Esta recuperación se explica porque se compara con el mismo trimestre del año anterior, es decir con el año donde más afectó la pandemia. Es por eso que el primer trimestre es el que posee un número más bajo. En este sentido, es interesante observar los datos brindados por el PBI desestacionalizado, los cuales son en relación al trimestre anterior, por lo cual, son mucho menores, siendo la principal diferencia entre ambas series el dato del segundo trimestre: 2,60%, -1,40%, 4,10% y 1,50%.
En el periodo 2022 los datos de ambas series continúan siendo positivos, pero con valores menores. El motivo lo podemos encontrar en que el pico de la pandemia fue dejado atrás. Es por eso que los datos del PBI (no fueron aún publicados en el INDEC los datos del cuarto trimestre) son 6,00%, 6,90% y 5,90%. Mientras que en el PBI desestacionalizado fueron 0,90%, 1,00% y 1,70%.
Como deja en claro el gráfico, el PBI alcanza un nivel levemente superior al del comienzo de la Pandemia, hecho por el que es preferible hablar de recuperación y no de crecimiento económico. Más aún si lo tomamos en perspectiva histórica, como lo plantea el gráfico de la CEPAL.
Coyuntura nacional, segunda parte
La información recién planteada se complementa, de modo casi perfecto, con los porcentajes correspondientes a cada uno de los componentes del valor agregado bruto (VAB)[10]. En la etapa que compete a este trabajo, vemos de modo muy claro las modificaciones de la Remuneración al Trabajo Asalariado (RTA)[11] como del Excedente de Explotación Bruto (EEB)[12]. Modificaciones que siguen una clara tendencia.[13]
Si tomamos los datos del RTA excluyendo el sector público, podemos ver que empieza siendo del 41,6%, único momento que supera al EEB, en un 0,5%. Con el comienzo de la Pandemia la RTA comienza a disminuir: al 39,4% en el segundo trimestre, al 37,5% en el tercero y al 36,7% en el cuarto trimestre del periodo 2020. En contraposición, en los mismos periodos, el EEB aumenta de 41,6% a 55,2% en el segundo trimestre y luego baja a 53,6% y llega a 50,7% en el último trimestre del año. En el año 2020 el promedio de la RTA fue de 38.6% y del EEB de 50,2%.
Durante el 2021, la tendencia continúa manteniéndose. La RTA tiene un valor en el primer trimestre del 37,3%, en el segundo de 31,6%, en el tercero de 34,7% y en el cuarto de 35,4%. De este modo podemos calcular que el promedio de la misma estuvo en el 34,6%. En relación a la EEB, comienza el año con un 46,7%, continua con un 57,8% (este es el punto máximo de diferencia entre ambos valores, siendo la misma de 26,2 p.p.), baja un poco en el tercero a 55,3% y cierra el año con un 54,1%. El promedio del año fue de 53,9%.
En el 2022, la información publicada corresponde a los tres primeros trimestres, siendo los datos de la RTA 38,4%, 33% y 34,7%, respectivamente. Mientras que la EEB posee los siguientes valores para cada trimestre: 47,6%, 56,6% y 53,4%.
Como se desprende de los datos, y se entiende fácilmente con el gráfico, el primer dato de cada categoría es clave. Mientras que para la RTA el 41,6% es el pico de la serie, para la EEB el 41,1% es su piso. Está aumentará con ciertos altibajos, siendo su pico el segundo trimestre de 2021 con 57,8% y con un promedio para todo el periodo de 52,1%. En el caso de la RTA, su piso en la serie es en el mismo periodo con 31,6%, con un promedio de toda la serie de 36,3%.
Para concluir, es importante destacar que no solo son porcentajes menores los correspondientes a la Remuneración al Trabajo Asalariado, sino que también los mismos corresponden a un PBl desestacionalizado menor. Este tiene datos negativos durante todo el 2020, y aunque posee una recuperación durante 2021, el máximo de diferencia entre TRA y EBB, ocurre en el único trimestre del año con dato negativo (2do 2021) y que en el 2022 comienza con una caída de 5,4 p.p. entre el primer y segundo trimestre a pesar de la estabilidad del PBI.
Pobreza, indigencia y desocupación
A partir de lo mencionado en el apartado anterior, empezaremos a analizar ciertos datos estadísticos correspondientes a la clase social que vive de su trabajo. Para esto, usaremos los datos estadísticos publicados por el INDEC.
Lo primero que debemos mencionar es la diferencia temporal con la que se producen los datos. Mientras que la desocupación es un dato de carácter trimestral, la pobreza y la indigencia poseen un carácter semestral. Esta cuestión nos hace pensar sobre las limitaciones de la metodología utilizada y la no neutralidad de la técnica. ¿Cada cuánto se debe publicar un dato estadístico? La respuesta no es universal ni unívoca. El tiempo depende de qué dato sea, de la información que brinda y de la utilización (o no) política del mismo.
Si tomamos la información del primer trimestre del 2020, observamos que la desocupación llegaba al 10,4% y que, para el segundo, había ascendido al 13,1%. Para dicho periodo, la pobreza alcanzaba al 40,9% de los argentinos y argentinas mientras que la indigencia llegaba al 10,5%. En el tercer trimestre posee una desocupación del 11,7% y en el cuarto, de 11%, llegando la pobreza al 42% y la indigencia manteniéndose igual que el periodo anterior.
En el 2021 se puede ver como la desocupación bajó 0,8% en relación al periodo anterior y que en el segundo trimestre baja otro 0,6%. La pobreza se ubica en los 40,6% y la indigencia en el 10,7% en el primer semestre mientras que en el segundo continúan disminuyendo hasta el 37,3% y el 8,2%. La desocupación llega al 8,2% en el tercer trimestre del año y finaliza en 7%.
El 2022 comienza con una desocupación del 7% para bajar a un 6,9% y volver a aumentar al 7,1% en el tercer trimestre del año. En relación a la pobreza, el único dato publicado hasta el momento nos indica que se encuentra en el 36,5% y la indigencia al 8,8%.
Si observamos los datos de pobreza e indigencia de los hogares, vemos lo lejos que quedó “la época de oro” también en este sentido. Ya no alcanza con que el jefe de familia tenga un trabajo para no ser un hogar pobre o indigente o para salir de esa situación. Según los datos del organismo madre de la estadística nacional, en el primer semestre del 2020, los hogares pobres eran el 30,4% y los indigentes el 8,1%. En el segundo semestre, el primero mencionado asciende a 31,6% mientras que el segundo desciende a 7,8%. En el 2021, los datos de hogares pobres son 31,2% en el primer semestre y 27,9% en el segundo. Mientras que la indigencia en los hogares en el mismo periodo es de 8,2% y 6,1%. En el 2022, el primer semestre indica una pobreza de 27,7% y una indigencia del 6,8% en los hogares de la Argentina.
Como primeras conclusiones de los datos analizados, podemos afirmar lo siguiente: la pobreza baja durante todo el periodo estudiado, llegando a disminuir 4,4% entre el primer dato y el último. La indigencia baja en los primeros tres datos, pero vuelve a aumentar en los dos últimos. Sin embargo, no superan a los primeros datos de la serie.
La desocupación disminuye en toda la serie salvo en el último dato, el cual es 0,2% mayor en relación al periodo anterior. Teniendo en cuenta esta salvedad, hay una disminución del 3,3% entre los extremos de la serie.
Cuando tomamos como variable de análisis los hogares, los que se encuentran en situación de pobreza disminuyeron en un 2,7% entre el principio de la serie y el final. Esta cuestión no implica que haya habido un aumento durante el pico de la pandemia, hecho que no se puede terminar de precisar por el carácter semestral de la información. En relación a los hogares en situación de indigencia, hay un crecimiento negativo del 1,7% en toda la serie. Sin embargo, podemos ver como el disminuye en la segunda mitad del 2020, aumenta en la primera mitad del 2021 para volver a disminuir en la segunda mitad y aumenta de nuevo en el 2022, sin llegar al nivel anterior.
Sin embargo, el disparador de este trabajo, lo que hizo resurgir la “curiosidad científica”, es la importante diferencia, la brecha, entre los datos de desocupación y los de pobreza/indigencia. ¿a qué se debe que la desocupación se encuentre en un número “relativamente” bajo y la pobreza y la indigencia no? ¿Qué características tiene el mercado de trabajo argentino para que haya trabajadores que, aun vendiendo su fuerza de trabajo, son pobres? Incluso, en los últimos tres semestres, se da la situación de trabajadores indigentes. ¿Qué características tiene el capitalismo argentino para que exista esta situación? ¿es este un deliberado posicionamiento del capital? ¿Aumenta la conflictividad social? ¿Aumentan las perspectivas de industrialización la venta de la fuerza de trabajo por debajo de su valor de reproducción? Sin lugar a dudas que estas respuestas exceden el objetivo de este trabajo, pero tener una caracterización de esta realidad es el primer paso para poder transformarla.
Canastas y salarios
Como se mencionaba al comienzo de este escrito, un trabajador es considerado pobre si no logra cubrir la Canasta Básica Total (CBT) y se considera indigente si no logra cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA). En relación a estas, el INDEC conformó tres tipos ideales de hogares para calcular el valor económico de cada una:
“Hogar 1": de tres integrantes, compuesto por una mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61 años.
“Hogar 2”: de cuatro integrantes, compuesto por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años.
“Hogar 3”: de cinco integrantes, constituido por un varón y una mujer, ambos de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 año”.
En relación a los salarios, se toma la media del salario registrado y del salario no registrado que brinda el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social por medio del Boletín de Estadísticas Laborales (BEL). La importante diferencia entre ambos salarios es la forma que toma un fenómeno mucho más complejo: la heterogeneidad de la clase trabajadora. Brindado por la misma fuente, se toma también la evolución del Salario Mínimo Vital y Móvil, uno de los componentes de la Seguridad Social[14].
Lo primero que notamos al observar el valor en pesos de todas las variables mencionadas, es el importante impacto de la inflación. Todos los datos son nominalmente mayores a sus antecesores. Todas las líneas que se ven en el gráfico son ascendentes. Esta situación no es menor si queremos entender el fenómeno que nos planteamos para analizar. En este sentido, queda manifestado en las líneas el importante y acelerado aumento del proceso inflacionario a partir de comienzos del 2021 y como el mismo fue menor durante el primer periodo de la Pandemia.
Lo segundo que podemos observar es el fenómeno que nos planteamos como interrogante: los trabajadores y trabajadoras pobres en la Argentina, como así también los indigentes. La barra de color azul, que refleja el promedio del salario registrado, solo cubre la CBT del Hogar 1. No se llegan a cubrir los gastos de los otros hogares de ningún modo. Además, la barra de color rojo que muestra la evolución del promedio del salario no registrado, no cubre ninguna de las tres CBT, solo cubre la CBA del Hogar 1[15]. Es a partir de esta cuestión que podemos ver dos hechos fundamentales: A) No alcanza con un sueldo registrado para cubrir los gastos de la CBT del Hogar 2 y 3. B) Con un salario no registrado apenas se cubre la CBA del Hogar 1 y no superar el umbral de la indigencia del Hogar 2 y 3.
También es interesante destacar en relación al sector más vulnerable y pauperizado del mercado de trabajo que, en el contexto más duro del aislamiento a causa de la Pandemia (ASPO), desde el gobierno nacional se otorgó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). El mismo, tuvo una solicitud de 13,4 millones de personas, lo cual refleja el nivel de vulnerabilidad de casi un tercio de la población del país[16].
En relación a la evolución del SMVM podemos ver como el mínimo se mantiene en niveles muy similares al de los trabajadores no registrados. Cuestión que nos debería hacer reflexionar sobre el uso de esta herramienta de la Seguridad Social en la actualidad[17]. Esto se debe a que lejos se encuentra, en este caso particular, de ser una forma de protección que garantice la seguridad del ingreso a los individuos y a los hogares.
Salario Real
El salario real nos brinda la posibilidad de medir el poder adquisitivo del mismo, el cual en un periodo como el actual, es difícil de dilucidar, ya que hay una relación entre el salario en términos nominales y la creciente inflación.
No es menor destacar que en un sistema que se basa en la opresión económica, la inmensa mayoría de los trabajadores no posee la capacidad de elegir a quien venderle su fuerza de trabajo. Ya sea a un empleador del sector privado como al estado-empleador. Lo mismo ocurre en relación a sí hacerlo de modo registrado o no.[18]
Si tomamos el informe de coyuntura del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) perteneciente a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA)[19] podemos observar cómo ha disminuido el salario real en los últimos años, incluso dentro del periodo que se analiza en este trabajo.
Se nota una gran diferencia entre el trabajo del sector privado y el sector público (que incluye a los trabajadores de la salud, de la educación y a los administrativos de los tres niveles). Mientras que el sector privado tuvo un importante aumento del salario real en el comienzo del 2020, el mismo ya se había perdido a mediados del mismo año. Incluso llega a ser negativo en relación al comienzo del mismo año. En tanto el sector público tuvo una importante caída, llegando a casi perder 10 p.p. a lo largo del año 2020. En el 2021 comienza una fuerte recuperación, pero no llega al nivel del punto de partida. A principios del 2022 se da una nueva caída, pero no de un modo tan pronunciado. El salario del sector privado se mantuvo, con ciertos aumentos y caídas, pero de un modo menos pronunciado que el público, tanto en el 2021 como en el 2022. La mayor brecha entre ambos tipos de salarios, se da entre finales del 2020 y mediados del 2021.
Entre diciembre del 2019 y junio del 2022 los trabajadores del sector privado perdieron un 0,5% de su salario real. Mientras que los trabajadores del estado, sin diferenciar el nivel, perdieron el 2,8%.
Si tomamos los datos de los salarios reales tanto del sector registrado como del no registrado, la diferencia que se observa entre ambos es mayor. Mientras que el salario registrado posee un aumento a comienzos del 2020 que lo pierde a mediados del mismo año, para luego tener una relativa estabilidad, con una diferencia positiva de 1 p.p. entre enero 2020 y mayo 2022, el sector no registrado tiene una caída de 8,1 p.p. en dicho periodo. Siendo un quiebre la caída que comienza a finales del 2020, de la cual no logra recuperarse.
Conclusión
La situación económica de la Argentina es complicada desde hace varios años. Como se menciona al inicio, el punto de quiebre es el cambio del régimen de acumulación de capital instalado por medio del terror. El mismo se consolida con la vuelta a la democracia y continúa vigente en la actualidad.
En el periodo 2020-2022, podemos observar varias de estas tendencias. Las mismas estuvieron reforzadas por un contexto internacional donde predominaron las consecuencias de la Pandemia Covid 19 y, al poco tiempo de comenzar la salida de la misma, el conflicto bélico entre la OTAN y Rusia.
Tomando los datos estadísticos del periodo que se busca analizar, podemos señalar lo siguiente: A) El proceso de recuperación económico iniciado luego del pico de la Pandemia en nuestro país no tiene su correlato en una disminución importante de la pobreza. B) La disminución de la desocupación no posee una relación directa con la disminución de la pobreza.
A partir de estas conclusiones, podemos afirmar que los viejos enfoques teóricos sobre la acumulación y distribución del excedente económico, principalmente en relación a cuánto deberían ser los salarios de los obreros, fueron superados por la realidad, ya que ninguno afirmaba que la fuerza de trabajo debería pagarse por debajo de su valor. Cuestión que implica, entre tantas, que el poseer un trabajo no garantiza al trabajador/a salir de la pobreza. Mucho menos a su familia. Este hecho se relaciona de modo directo con la disminución del salario real ante el proceso inflacionario y que una parte cada vez más importante de la población de nuestro país es considerada sobrante por el capital para su reproducción.
Podemos ver en la información que hay un piso de pobreza estructural que no se modifica, que no se puede perforar a pesar del proceso de recuperación pos Pandemia. El mismo sin lugar a dudas se relaciona con el quiebre del 75 pero también con crisis económicas puntuales como las del periodo de los 90 y la crisis del 2001. Como así también el estancamiento económico, con distintas particularidades en cada momento, que lleva casi una década. Es importante ver la continuidad histórica en dicho proceso, el cual trasciende el calendario electoral.
Retomando lo dicho, las tendencias al aumento de la pobreza, el aumento de los trabajadores/as pobres y la caída del salario real, deben ser entendidos como tres fenómenos que componen una unidad: la transferencia de ingresos del trabajo al capital[20]. Este proceso se observa muy claramente en los números del VAB. Hecho que demuestra que, por lo menos para una fracción del capital que opera en la Argentina, su modo de valorizarse es pagando salarios por debajo de su valor. Es decir, produciendo pobreza.
Tratando de utilizar lo visto, pensando hacia adelante, surgen las siguientes preguntas: estas características de la clase obrera, ¿a qué modelo de acumulación pertenecen? y ¿a qué tipo de estado?, ¿Que implica el aumento de la importancia relativa del Ministerio de Desarrollo Social al del Trabajo, Empleo y Seguridad Social? ¿Y la del aumento de importancia relativa de los movimientos sociales en relación a los sindicatos?, ¿Qué nuevas formas irá tomando la fragmentación de la clase trabajadora? ¿Es posible la reproducción del capitalismo argentino basado principalmente en los planes sociales y no en el trabajo? ¿Qué consecuencias se genera sobre el desarrollo de las subjetividades actuales y futuras?
Elevando el nivel de abstracción y pensando la conexión de nuestro país con el mundo, surgen las siguientes preguntas: ¿qué ramas de la actividad económica serán competitivas a nivel mundial?,¿En qué condiciones de trabajo se desarrollarán las mismas?, ¿y en las que no lo sean?, ¿Cuál será el modelo de acumulación y el rol de la Argentina en la división internacional del trabajo en un mundo cada vez más multipolar? ¿Es comparable la relación que se tuvo con el imperio británico con la que se tiene en la actualidad con China?, ¿Continuará siendo el capital estadounidense tan importante en el mercado local o se verá relegado? ¿Se sumará la Argentina a los BRICS? ¿de qué modo? ¿Qué implica ser un país “proveedor seguro y estable” de energía y alimentos como afirmó el presidente?
El devenir nos irá otorgando las respuestas.
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[1] Podemos mencionar “La situación de la clase obrera en Inglaterra” de Federico Engels publicado en el año 1845 brinda un panorama claro sobre la explotación y pobreza de los trabajadores en los inicios del sistema capitalista. En nuestro país podemos tomar como paradigmático VÓMITO NEGRO (Historia de la fiebre amarilla, en Buenos Aires de 1871) de Diego Howlin. Entre tantas consecuencias, podemos señalar la muerte de un porcentaje importante de la sociedad, como así también el nacimiento del “norte rico y sur pobre” en la ciudad más importante de nuestro país. También se pueden mencionar el famoso informe sobre “El Estado de las Clases Obreras en el Interior de la República” del Dr. Juan Bialet Massé presentado en 1904. Además, el menos conocido trabajo realizado por Adrián Patroni en 1898. El mismo, denominado “Los Trabajadores en Argentina” plantea y brinda datos sobre las pésimas condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores en aquellos años.
[2] Información obtenida en: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-43-149
[3] Excede este trabajo la operativización de este concepto como así también qué indicadores se deben utilizar y/o crear para tal fin.
[4]Informe presentado el 23/05/2022. Se puede leer de modo completo en: https://www.oxfam.org/es/informes/beneficiarse-del-sufrimiento
[5] Página 4 del informe mencionado.
[6] Página 5 del informe mencionado.
[7] Disponible en https://www.imf.org/es/News/Articles/2022/10/14/pr22357-imfc-chair-statement-forty-sixth-meeting-of-the-imfc
[8] Punto N°1 del informe mencionado.
[9] Hacemos referencia al informe de CEPA: La cúpula de las 500 empresas más grandes en la última década: facturación y ganancias - Análisis de la Encuesta Nacional de Grandes Empresas de INDEC, octubre 2022. También al Ranking de la Revista Forbes: https://www.forbesargentina.com/rankings/ranking-forbes-2020-quienes-son-cuanto-tienen-50-argentinos-mas-ricos-n3469 y https://www.forbesargentina.com/rankings/demoliendo-mitos-alimentos-argentina-son-mas-aumentan-region-n29849 . También el ranking de la Revista Mercado: https://mercado.com.ar/wp/wp-content/uploads/2021/07/REVISTA_Mercado_Junio_2021_Las_1000_empresas_que_mas_venden.pdf
[10] El INDEC lo define como el “Valor de la producción menos el valor del consumo intermedio. Es una medida de la contribución al producto interno bruto (PIB) hecha por cada unidad de producción, industria o sector”.
[11] El INDEC lo define como “Sueldos y salarios + contribuciones de los empleadores”.
[12] El INDEC lo define como el “Saldo contable de las empresas constituidas en sociedad”.
[13] Es interesante pensar estas variables a la par de un sistema impositivo de carácter regresivo como posee la Argentina.
[14] La OIT afirma: “La seguridad social es la protección que una sociedad proporciona a los individuos y los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de familia”. Se puede ver más en https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/publication/wcms_067592.pdf
[15] Según el Banco Mundial, en el año 2020 la prevalencia de inseguridad alimentaria severa en la población alcanzaba al 13% y la desnutrición al 4%. Mas data en https://datos.bancomundial.org/pais/argentina?view=chart
[16] La cantidad de IFEs otorgadas fue menor al solicitado. Más información en: Alcance de la Seguridad Social Personas aportantes y beneficiarias. Tema especial:
Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/ass-pab-03-marzo-2021_210416.pdf
[17] Sobre el multiempleo, la subocupación, los distintos ingresos según ubicación geográfica, trabajo registrado o no registrado, tipos de hogares, quintil, género, nivel educativo y edad se recomienda ver la información brindada por la ENGHO.
[18] Es interesante el concepto de “precariado” de Standing."
[19] Disponible en: tp://www.centrocifra.org.ar/docs/CIFRA%20Informe%20mercado%20laboral%2010.pdf
[20] Resulta interesante el aporte del ex Ministro de Trabajo Tomada en relación a este asunto: “La oportunidad de disciplinar. Crisis económica y conflictos laborales en el mundo del trabajo”.
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