La descomposición avanza a diario, por hora, por minuto, por tweet. ¿Cuándo estalla esto? ¿Cuándo explota? La Argentina ya estalló, ya explotó. Solo basta ver el índice de contracción económica, el de pobreza o el de ingresos. Salir a la calle es el otro termómetro; el escuchar, el ver, el salir a laburar.
Lo del Hospital Lic. Laura Bonaparte (recomendamos averiguar quién era la persona que le da el nombre al hospital. Dejamos palabra clave: perro) merece alguna reflexión. Que obviamente se piensa para el sistema de salud en general. ¿Cuál es la diferencia entre un hospital con turnos hasta el mediodía y que implica ir a la madrugada a tratar de conseguir uno, sin gazas, médicos con salarios de mierda y un hospital cerrado? La diferencia es un montón, pero no nos vamos a poner a diferenciar entre miseria estructural y miseria coyuntural, las cuales cada vez se relacionan más y se borran los límites entre una y la otra.
Un planteo similar se puede realizar en relación a las universidades. ¿cuál es la diferencia entre una inmensa cantidad de docentes que trabajan gratis, los que tienen paritarias miserables, falta de becas, de boleto estudiantil y de residencias universitarias, de fugas de cerebros, privatización de los posgrados que había hasta el 9 de diciembre del 2023 y la situación actual? Un montón, a tal nivel que la realidad material te empuja, en algunos asuntos, del mismo lado que Yacobitti, cuestión impensable en cualquier otro momento de la historia reciente del país. Eso sí, el que no quiere ver una profundización de un proceso de vaciamiento de la universidad pública, gratuita, laica y de calidad, que vaya a Medicina a buscar un oftalmólogo.
Estos procesos no se pueden separar de algo que comenzó hace ya unos cuantos años, en la presidencia del ahora idolatrado y ayer ignorado (pero siempre votando al oficialismo) Carlos Saúl Menem. La descentralización del estado nacional, el pasarles cosas a las provincias para reducir los gastos nacionales, ya que se pasan las obligaciones, pero no los derechos. Se pasan hospitales, escuelas, transportes y coso pero no la guita para que funcionen. Esto nos lleva a que haya un ministerio de educación nacional sin escuelas y un ministerio de salud con un puñado de hospitales. Veremos qué pasa con los subsidios "temporales" (que empezaron con Duhalde-Néstor y se profundizaron con CFK) de Camesa a edesur y edenor en la olla a presión que es el conurbano, con los organismos que controlan el agua, los museos, etc.
Para los que andan ladrando sobre la falta de políticas de estado, que continúen de una administración a otra, más allá de quien gobierne, esto ocurre con los jubilados. Todos los gobiernos los cagan. Todos. Todos les pagan jubilaciones de miseria. Todos los condenan al hambre, a depender de sus familias y amistades o a continuar trabajando para tener un techo y un plato de comida. Ni hablar de los remedios, que suben por arriba de la inflación y que muchos deben dejar de tomar a pesar de su salud. Eso sí, los laboratorios ganan más a pesar de vender menos. Una vez más resulta imposible no hablar de continuidades y profundización de la pauperización. Los 300 dólares de jubilación que cobran la mayoría de los abuelos y abuelas no alcanza para nada. Es peor aún que lo que cobraban en el gobierno anterior y en el anterior.
Todos los indicadores de actividad económica dan para el upite. Los indicadores sociales también. Incluso esto ya no solo ocurre en el lejano y misterioso impenetrable chaqueño, ocurre en la ciudad más rica del país. ¿qué fracciones del capital pueden apoyar esto? Solo las que no se reproducen en este territorio, las que tienen una escala trasnacional. Un claro ejemplo es la patria financiera: ganancias extraordinarias en tiempos extraordinarios, blanqueo de capitales para los amigueros y después vemos que pasa con el pago de la deuda. En el peor de los casos, se van a otro oscuro país, a otro oscuro agujero legal y financiero. En el medio de esta fiesta de la cual no somos parte, es importante destacar la incorporación de nuevos consumidores con plenos derechos en el sistema financiero. Los niños de 13 años, que apenas comprenden los cambios biológicos de su cuerpo, ya pueden endeudarse con el banco, padecer ludopatía y estafar a sus padres antes de poder salir solos de noche y arrimarse a algún baile.
En política internacional, más allá de los papelones inauditos, de los viajes a recibir premios misteriosos y de juntarse con los popes de las empresas tecnológicas, cada vez estamos más cerca de ser parte de una guerra ajena. Por apoyar al ente sionista más aún que eeuu y la UE, incluso haciendo oídos sordos a las propias críticas internas al aniquilamiento de seres humanos en territorios ocupados (Si se cierran los ojos, es lo más parecido a viajar al SXV y los procesos de colonización europeos por América, Asía y África. Esperemos que no sean los enemigos regionales del sionismo los que nos terminen de sumar al proceso bélico con su accionar en nuestro territorio. Recordemos que los servicios de inteligencia solo se dedican a espiar a los propios y ajenos, a los carpetazos y a los gatos.
La institucionalidad, al palo. Más allá de los gritos e insultos que tanto afectan a los fundamentalistas de las formas, pero no de los contenidos. El problema es que se enoja, no la miseria planificada que ejecuta. El congreso tiene una importancia que hace varias presidencias no tenía. Son formidables jornadas de educación cívica. El ejecutivo maneja a piaccere. Y si el legislativo amaga con disentir, siempre hay voluntades baratas a precio de saldo, sin distinción de colores. El poder judicial bien gracias. Sólo aparece para encanar chorritos sin suerte. Todo adornado con propaganda armada. Complementado que en hay más milicos que gente marchando y que por las dudas también cobran los periodistas. Sumemos los embriones (que nada tienen que ver con el fetito ingeniero) organizativos destinados a provocar, patotear, tirar gases y boxear que empiezan a articularse desde la Bullshit, la PFA, la SIDE y vaya a saber uno que más. Todo sea por ganar lo que ellos llaman “batalla cultural”, dando la disputa varios Taxiboys y servilletas mientras se espera la recuperación económica. Tienen iniciativa y generan tensiones, eso no se puede negar. Marcan la agenda casi de modo constante.
A esta cuestión hay que sumarle un nuevo poroto al macrismo en el gobierno. Agarrar Energía, donde están los contratos más jugosos, no es casual. Todo lo que gira alrededor de Vaca Muerta, son dólares. Son recursos a exportar. En una época del año donde está comenzando el calor y nadie sabe si van a haber cortes programados en el verano o no. Por las dudas suben las tarifas, después vemos la calidad del servicio, de las garrafas, el GNC y coso. Eso sí, crecen cada vez más los rumores de volver a perdonarles deuda al empresariado del sector. Después dicen, entre lágrimas, que no hay seguridad jurídica en este país para invertir.
La interna en el PJ va aumentando la tensión, la transición de referentes no es sencilla para nadie y la selección a dedo ya ha demostrado sus limitaciones. Sino pregúntenle a Alberto Fernández. El petiso de La Plata ya no se cuida de presentarse con lo más ruin del aparato del PJ. Los buenos modales van quedando de lado mientras éstos van a sus actos y CFK se presenta en facultades solo rodeada de su núcleo aplaudidor. ¿Continua el viaje de egresado de Máximo?
Por las dudas, todas las fuerzas principales anteriores a esta etapa donde reina la imprevisibilidad de la miseria, tienen sus cargos dentro del gobierno de El Arquero. Otros simplemente les votan “las herramientas” para su gestión. Va tomando cada vez más forma el gobierno de coalición: libertarios, radicales, peronistas y macristas. ¿Faltará mucho para que vengan con la necesidad de armar un Frente Nacional para derrotar a otro Frente Nacional?
La clase dominante nos quiere hacer creer que del mismo modo que la Cordillera de los Andes y las Cataratas del Iguazú, o que el Perito Moreno y el Aconcagua o el Mar argentino y Las Malvinas, son parte del pasado, presente y futuro de nuestro país, también lo son la miseria y la pobreza.
En esta Argentina asintótica, no vamos a lograr hacer lo que no hicimos en veinte años (o incluso más) y al gobierno le empiezan a entrar las balas. ¿Comienza la renovación en el partido del orden? La conclusión está ahí, tan evidente que muchos no la ven y otros tantos la encuentran sospechosa.
Luchar o perecer. Oxidarse o resistir.
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