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HISTÓRICA Y CONSERVADORA

Actualizado: 27 abr



HISTÓRICA Y CONSERVADORA


Así fue la movilización del martes 23 de abril. Que dio la vuelta al mundo e inició, queremos creer, la réplica popular al tsunami de mierda con que el capital decidió aplastar el espinazo del pueblo trabajador de nuestro vejado país.


Con el monigote psicótico por mascarón de proa; claro. Ni en sus sueños más enchastrados la burguesía localmente situada imaginó dar con semejante personero de su peregrino y siempre aplazado programa histórico[i]. Un cachivache dantesco con arraigo popular[ii]; con una revancha reaccionaria sustentada en el resentimiento de –al menos- dos generaciones que no la vieron.


No la vieron, por supuesto: ni la cálida y afectuosa mano del Estado Presente; ni la perorada y anunciada Justicia Social, ni tan siquiera el “crecimiento con inclusión”. Apenas el plan, el sojuzgamiento clientelar, el trabajo precario, el negreo permanente y la dádiva como paliativo. La disolución de la solidaridad espontánea; el desgarramiento del lazo comunitario más elemental; el paco en sentido amplio; la comida de mierda; el hospital derruido y el techo de la escuela amenazando caerse en la cabeza del pibe. El mismo pibe que fue a la escuela a comer comida de mierda. Y poco más. Esa carga impugnatoria es el combustible de la motosierra: el pueblo en el subsuelo, cada vez más masivo, compró el programa de Lex Luthor, que meaba desde arriba: vengan todos acá abajo; arranquen con fuerza; subite a la bici a hacer mandados; competí conmigo, dale.


Y aquí es donde adquiere pertinencia esto de adjetivar como conservadora a la movilización federal del pasado martes. Porque es a todas luces una rémora refulgente de un pasado que le pesa demasiado a un capital que busca alivianar su carga y le encaja el lastre al Braian de Rappi. Bestias de carga y, a lo sumo, programadores. No se necesita mucho más que eso y la renta; ya sea la minera, la petrolera o de, la vieja y querida tierra[iii]. También algún ingeniero y apenas una brigada de abogados; un batallón de economistas. Y el trabajo calificado y la capacitación y la profesionalización y todas esas boludeces de antaño, comprendan: quedaron atrás; no se necesitan en el mundo de hoy.



Mucho menos discutir la cuadratura del círculo con zurdos roñosos que intercambian fluidos, cerveza del pico, porrito y – por esa vía- adoctrinamiento: pensar, cuestionar: ¿no ven que son boludeces? Producir, crecer, resiliencia, estoicismo, ser tu propio jefe. El pack, crotos; el pack que les vendemos por Instagarch.


Por eso, si tiene usted el berretín de ir a la facu, págueselo; qué tanto joder.


De lo que se sigue que, idealizado o no, es sobre un pasado notoriamente mejor a este presente que pretende articularse un nuevo movimiento ciudadano que anude las diversas demandas que responden a un solo plafón que, nótese, ancla en lo que otrora se denominaba clase obrera.


Porque fíjese bien, autopercibido lector: el jubilado con hambre es jubilado por haber trabajado activamente en sus años mozos[iv]; el sindicalizado en extinción abreva en un sindicato por su condición de trabajador formal; el precarizado que intenta a duras penas hablar con el compañero para “armar alguna” sigue vendiendo su fuerza de trabajo a cambio de chirolas en donde cuadre[v]; el desocupado enganchado a una cadena de punteros del “movimiento social” es, digamos, un trabajador nonato. Población sobrante para la reproducción del capital, acota el sociólogo fumando pipa.


¿Y el estudiante[vi], el docente y su circunstancia, y toda esa grey de personajes… ¿de qué viven? ¿De qué van a vivir, en todo caso? ¿Cómo? ¿En serio el médico fue a la UBA? ¿Cómo que el que estudia tiene que laburar, también…? Y así de seguido. Sí, señores y señoras: tenemos que volver a explicar lo básico porque, fíjense, si no, las toneladas de mugre debajo de las cuales quedó lo obvio y lo lejano que es aquél pasado. Idealizado o no.





Quienes convergemos en la aventura deforme de La Cloäca no nos hubiéramos conocido de no haber estado mediada nuestra experiencia vital por el pasaje universitario. Nuestras trayectorias individuales se vieron en innúmeros casos entrelazadas y compartimos activismo, militancia, discusiones y todo lo demás –sí, lo divertido también, por supuesto. Somos en algunos casos primera o segunda camada de graduados del árbol genealógico y más arriba en este último hay inmigrantes poblando las orillas de la urbe.


Nuestros abuelos fueron semianalfabetos en términos formales; sin mucha vuelta. Y dieron en parir hijos boomers que, en algunos casos, fueron a la universidad. Con desigual suerte. No importa: el mito de la movilidad social ascendente, el “hay que estudiar” nos llegó como valor-en-acto. Como derecho y obligación a la vez. No hay más que ejercerlo para comprenderlo. Y ahí estaba la universidad pública. Podríamos decir: el templo donde esos valores se incorporan, el monasterio profano donde esa ética se ejerce[vii].


Somos parte de la generación post-2001[viii]- Maxi y Darío[ix], y ahí fue que nos tocó ser parte de diversas oleadas de un movimiento estudiantil que, por esos años, todavía se daba lauros de ser parte de una siempre pendiente y anhelada articulación obrero-estudiantil y todos los salmos que ya sabemos de memoria. Sucintamente, asumimos la impostergable y necesaria tarea de plantar cara, de confrontar y señalar los límites y contradicciones del tsunami burgués anterior a éste: la década ganada[x].


Docentes ad honorem, clientelismo conicetero, carguitos por reparto, componendas con los radichetas, escasez de becas, crisis edilicia y presupuesto siempre a la baja. Ahí tienen un resumen de lo que enfrentamos durante aquellos años. Eso, en lo concreto. En lo que respecta a la batalla cultural, amerita un anecdotario pormenorizado el macarteo de pasillo que batían desde el púlpito los intelectuales 678 devenidos funcionarios. Si oponerse por izquierda al kirchnerismo suena loco hoy, imagínense en aquél momento. Y acuérdense, ya que están, de Mariano Ferreyra[xi]. Elocuente símbolo de nuestra generación. 


Otra regularidad histórica: a la inundación reformista, general y necesariamente limitada, le sigue el cataclismo reaccionario. Y acá estamos. Con tanta suerte que la marejada nos dejó en el mismo toldo que a los farsantes pregoneros de la década ganada. Nostálgicos del boludeo, bailan al son de musiquita zonza mientras la realidad reclama V8[xii].





En el medio entre nosotros, treinticuarentones que ya peinamos canas y ejercemos la docencia (adivinen dónde) y los pibines de ahora, los que vimos el martes, parece haber habido un hiato. Decididamente mediado por la mudanza masiva a las redes sociales y el celu por todo llanto, el sujeto estudiantil pareció subsumirse en las boludeces de las autopercepciones por unos, digamos, diez años. Y en ese merengue informe es donde hundió la cuña la cepa del rencor misógino que no necesariamente se limita al machitoheterocis: plataformización de la vida en general, opción identitaria fragmentaria como pilar de toda militancia –consecuente sectarización de lo reivindicativo, cada vez más alejado de lo político- y todo en un concierto interminable de degradación de las condiciones materiales objetivas en las que hay que, además de todo, garantizar la propia subsistencia. Es mucho.


En definitiva y para cerrar, acá estamos para aportar lo nuestro desde el lugar que nos toca.  Y saludamos con entusiasmo que se forje un nuevo movimiento universitario, que excede por mucho a la mera y recurrente estudiantina y que, por eso mismo, deberá ser – quiera o no quiera- el eje articulador de un movimiento ciudadano, necesariamente amplio y contradictorio en sus componentes fundamentales, de corte netamente defensivo en tren de salvaguardar libertades, derechos y garantías democráticas básicas[xiii] que, pensaron muchísimos, eran ya incuestionables.


Pero resulta que no ¿vieron? Todo lo sólido se desvanece en el aire. Defendemos el pasado revolucionario contra el futuro disolvente. Somos necesariamente conservadores.







NOTAS


[i] Todo esto en un mundo donde aumenta el olor a pólvora. Escuchar más en: Charlando con La Cloäca - Vermucito con shawarma https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/charlando-con-la-clo%C3%A4ca-vermucito-con-shawarma

 

[ii] Más sobre esto, en el Momento Vermú #9 - El 22 en el Congreso: https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/momento-verm%C3%BA-9-el-22-en-el-congreso


[iii] En este sentido, se puede leer la siguiente crónica: ¿Pueblo minero? https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/pueblo-minero

 

[iv] Sobre los viejos, se puede leer la siguiente nota: Les jubilades, ¡hasta las manos! https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/les-jubilades-hasta-las-manos

 

[v] Sobre los laburantes, se puede leer: Trabajadores y trabajadoras pobres https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/trabajadores-y-trabajadoras-pobres


[vi] Sobre los pibes en edad escolar, esta joyita: Les pibes, ¡hasta las manos! https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/les-pibes-hasta-las-manos

 

[vii] Sobre el devenir generacional, en el Comité Editorial, en más de oportunidad sonó este tema: Dégénérations https://www.youtube.com/watch?v=g511zkcXLPM&ab_channel=Asociaci%C3%B3nC%C3%ADvica

 

[viii] Pequeña crónica al respecto: El 2001 en primera persona


[ix]  Sobre Maxi y Dario, escribimos este material: Maxi y Darío. El peronismo y el orden burgués https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/maxi-y-dar%C3%ADo-el-peronismo-y-el-orden-burgu%C3%A9s . También esta poesía: Sin título (a Kosteki y Santillan) Héctor Urruspuru https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/sin-t%C3%ADtulo-a-kosteki-y-santillan-h%C3%A9ctor-urruspuru

 

[x] Sobre este tema y algo más se puede leer en Democracia: un matambre mal atado https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/democracia-un-matambre-mal-atado


[xi]  Sobre Mariano, Apuntes sobre Mariano Ferreyra   https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/cr%C3%B3nica-por-mariano


[xii] Sobre esta gran banda, dejamos A 40 años de la edición de Luchando por el Metal de V8

 

[xiii] ¿Nueva modalidad represiva?: Disparar a los ojos https://lacloacawebzine.wixsite.com/misitio/post/disparar-a-los-ojos

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